¡Oh belleza!, promesa de un ideal

concepto tan cuantitativo como el infinito.

Se esfuerza el humano en encontrar lo perfecto,

¡algo!, una prueba, un objeto.

Mas, ¿quién ha visto la belleza?

Quisiese saber de tan grande proeza.

¡Oh belleza!, efímera para el mortal,

deseada con tal paroxismo,

aunque esto llegue a ser letal.

¿Es necesario tal extremismo?

¿Quién puede afirmar si algo es bello?

Acaso no es la belleza relativa,

y entonces, ¿es acaso el ocaso bello?

O, acaso, ¿la rosa en la maceta los es aún cautiva?

Si el objetivo es alcanzar tal sueño

entonces, estamos condenados.

En tal empresa fracasaremos, lo aseguro.

De ella vivimos esclavizados.

Alcanzarla es como al mañana llegar;

solo se le puede acercar.

Nadie puede clamar que lo bello encontró

por siempre seremos sus prófugos.

Etiquetas: corto poesía

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