Bacalao dorado

Ingredientes: cebolla 2; ajos 3 dientes; patatas 3; perejil una ramita; aceitunas negras 12; 4 huevos; bacalao desalado desmigado 300g; sal y pimienta.

Preparación: Tomó los ingredientes para preparar el bacalao de la reconciliación, una vez más. Cada vez que discutían, la cena con el dorado plato y una buena copa de vino, lo ponía todo en su lugar. Sin embargo, esta vez algo se había roto en su interior.

Peló los ajos, cuando empezó a cortar la cebolla en medias lunas, no pudo parar sus lágrimas, un mar salado no la dejó seguir. Él le había pedido perdón una y otra vez, jurado que no volvería a pasar. Pero, ayer vino muy tarde, con ese perfume denso en su ropa. Ella no dijo nada. ¿Para qué? Si lo iba a negar una y otra vez. Hoy en el desayuno, se enfrentó a él, que acabó por confesarlo todo. Ha pedido perdón atropellado, avergonzado, de rodillas le dijo: “Prepara el bacalao dorado y esta noche hablamos”

Sigue con la receta, pela las patatas en finas tiritas como paja. Se siente hechas trizas, igual que estas, pero ya no quiere llorar.

El bacalao del mar de norte trae recuerdos de noches heladas esperando que él regrese a casa. Lo desmenuza, como lo hace con esos recuerdos que quiere olvidar. Se dispone a rehogarlo todo dejando que los sabores se mezclen, cuece su disgusto a fuego lento. Las noches ardientes de hace años, después de las “cenas de reconciliación”, son cada vez son más escasas, olvidada la pasión que dio paso al tedio y la costumbre, salpicada de mentiras.

Hay que freír las patatas. Se calienta en el aceite de la incomprensión, con los vapores se va rebelando: ¿Por qué tengo que aguantarlo? ¿Si tengo mi trabajo, mis hijos, mi casa? Reserva las patatas paja.

Al sofrito del bacalao le añade los huevos revueltos, como ella, con los sentimientos mezclados. Finalmente, para que no se apelmacen y den el toque crujiente, las patatas recién fritas.

Para romper el tono amarillo del plato, furiosamente le añade el puñado de aceitunas negras, como rompiendo la monotonía de 20 años de casados.

Terminando, desoja el perejil verde de sus esperanzas perdidas y lo añade por encima.

¡Ya está listo!

Su bacalao dorado, lo tomará esta noche una vez más con la copa de vino, él la pedirá de nuevo perdón, y todo seguirá igual.