La chica del silencio

Ella es amorosa y no se queja por nada.

Sa da cuenta de todo y eso es lo peor. Preferible la ignorancia y la ingenuidad que mantienen los ojos vendados y los pensamientos en su lugar. Nada crítico, nada divergente, nada disruptivo.

Se da cuenta que la explotan y que se aprovechan de su tiempo y buena voluntad. Se da cuenta de su soledad. También se da cuenta de que si cuestiona o pide ayuda, nadie hará nada para ayudarla y muchos menos, entenderla. La genuina empatía no existe, y la empatía cotidiana es un invento de las TEDx.

Por esto, en el mundo de la corrupción y de malos tratos, el poder de guardar silencio es una ventaja.

Sabe mucho. Hasta titulada está. Pero a sus jefes (todos hombres) no les interesa su bienestar ni su sueldo, pues es mujer y tranquilamente puede ser mantenida por un hombre, y su «sueldito» por debajo del vital y móvil, para sus «gustitos». El hombre es la fuerza económica. Su trabajito es mero hobbie. Las mujeres no por ser mujeres son sororas, tampoco les interesa más de ellas en puestos de poder. Ser mujer no implica nada.

Los desahogos por sus miserias, los hace con sus pares, secretarias o algo así. En esos puestos de nula autonomía y poder de decisión. Al final, la socialización de los problemas se volvió una reunión de cuchicheo de barrio y, la verdadera importancia ha desaparecido.

El piso pegajoso es cuando la ordenanza no limpió. Entonces debe limpiar y poner el cartel (real) piso resbaloso, así no pase nada. A nadie le gustan las ART. Por eso tambien se inventaron los contrato de locación de servicios.

El techo de cristal una mera decoración (preguntar al arquitecto de qué se trata eso, él da respuesta técnica y conveniente)

El esfuerzo de ella en todo lo que hace se puede ver fácilmente; sin embargo, ella debe «echar en cara» si quiere que se lo reconozcan y que le agradezcan. Pero no se lo reconocen, tampoco se lo agradecen… y le dejen de hablar. Por eso otra vez, la virtud del silencio conserva relaciones humanas (¿humanas?).

Por eso vos, si te reconoces como una chica del silencio… ¡Felicidades! El mundo, y sobre todo tus jefes, te aman.

Por eso, chica: calla. No digas, no te quejes, no luches, no exijas, no pidas, no discutas, no argumentes, no hables.

Pues «calladita, te ves más bonita».

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