Me habían advertido pero no los quise escuchar. Una gota de sudor corre por mi frente compitiendo con las muchas otras que empapan la tela de mi espalda. No sé si mis piernas podrán sostener mi cuerpo cuando pronuncien mi nombre. ¡Era tan fácil imaginar este momento hace unos meses! Se me viene a la mente mi primer día de clases de primaria… el primer día de secundaria. Todos esperan mucho de mí y no creo estar a la altura. Se levanta un joven a mi derecha, está muy bien vestido y tiene un aire de intelectualidad que deslumbra. ¿Traje los anteojos? ¿Qué había dicho la profesora? El aire acondicionado marca veinticuatro sin embargo siento que estoy en el horno. ¡Tendría que haber practicado frente al espejo como me fijo la profe! Salió demasiado rápido y ahora entra otro. ¿Estaré a la altura? Gaste dinero en la ropa que tengo puesta y en el transporte público. Necesito gustarles. No puedo evitar pensar en mi viejo, ahora le entiendo un poco, ¿cómo hizo para aguantar tanto tiempo estas torturas? ¿Será que recordaré este momento el resto de mi vida? Visualizo, pero no me la creo. Es imposible dejar de compararme con todos los otros que están esperando junto a mí. Algunos hablan entre ellos como si fueran amigos. ¡Amigos! ¡Mis amigos también van a estar esperando que lleve buenas noticias! Salió una joven de la oficina, le dan indicaciones de una dirección. Miro con desesperación a la mujer que nos nombra pero nos ignora y la puerta se vuelve a cerrar. Suena otro nombre similar al mío, me levanto y me siento de inmediato. Ahora mis mejillas están rojas de la vergüenza. Acabo de descubrir que el sudor también se impregno de la tela de mis pantalones. Demoró mucho en salir. Presentí que era mi nombre el próximo. Un hilo de frío recorrió mi nuca para perderse en mi espalda. ¡Tanto sudor y mi boca esta seca! Mi nombre. Me levanto demasiado rápido. Me concentro en caminar un paso a la vez. Limpio mi mano para estrecharla con dignidad. Me bombardean con preguntas, no sé cómo responderlas. Mi piel se estremece. Me vuelve a dar la mano. Reacciono estrechándola con fuerza. Sudor compartido. Salgo despacio. Mi primera entrevista de trabajo y el puesto no es mío. Fracaso. Dolor. Jamás olvidaré este momento, se ha quedado en mi piel.

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