23:50H: Día D: Dejaré mi ropa preparada para mañana. Pondré la alarma quince minutos antes, así me ahorraré las miradas de mi jefa y tendré tiempo de repasar la presentación.
07:00H: Día D+1: Odio ese sonido, un día de estos cambio el despertador. Tengo que lavarme el pelo.
07:01H: Me he pasado. Quince minutos es demasiado temprano… ¡Uf! Que frio hace; todavía puedo dormitar un ratito, me doy la vueltita en la cama y ya salgo…
07:02H: Me estiro, que agradable es sentir el tacto de los pies entre las sábanas.
07:03H: Tengo que ducharme, … el agua debe estar helada. Tampoco tengo el pelo tan mal.
07:04H: Cuando salga de la ducha me prepararé un zumo de naranja, mientras coceré unos huevos para almorzar una ensalada. Debo adquirir hábitos más sanos.
07:05H: Como me gusta sentir la suavidad de las sábanas en la cara, este suavizante huele tan bien… Que a gusto se está dentro de la cama.
07:06H: Menudo rollo me espera, presentar y exponer la auditoría. Seguro que tendré que salir más tarde. No existo, escondo la cabeza entre las sábanas.
07.11H: Me giro de nuevo en la cama, ¡vaya! ¿ya han pasado 11 minutos?
07:12H: Puedo esperar hasta y cuarto, total, qué son tres minutos. Es la misma hora a la que me levanto siempre. Un ratito más por favor, mañana ya si eso…me lavaré la cabeza y me haré el zumo. Hoy me apetece un café calentito.
07:16H: Acabo de recordar que están asfaltando la calle de la oficina, … ¡no voy a tener aparcamiento! Tengo que ir en autobús y la auditoría…
07:16:01H: Salto de la cama, corro hasta la ducha. No hay tiempo para el café, por suerte en el frigo quedan unos restos de comida ¿o no? bueno, …a la vuelta para almorzar me pillaré una hamburguesa por el camino ¡Mierda! Otra vez llego tarde, no sé cómo ha pasado.
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