Diez lunas crecientes (infraordinario)

Diez lunas crecientes (infraordinario)

Pablo Bigeriego

21/12/2022

Tengo diez sonrisas tristes en el hueco de mis manos: las uñas de los pies, la memoria de mis pasos. Es imposible almacenar todos los recuerdos de una vida, pero si guardara todas mis avanzaderas cercenadas, ni siquiera ocuparían el cajón de una mesilla pequeña. Las uñas parecen una diadema sobre la yema de los dedos y aunque se esmalten de vivos colores, no pueden ocultar su tristeza: nacen, crecen y son cortadas. «No te muerdas las uñas, eso está muy feo», me repetía mi padre y no le faltaba razón, aunque nada tuviera que ver su reconvención con la intención de estas palabras. Hoy, que ya no alcanzo a morderme las uñas de los pies, las he mirado más de cerca. La vida es ir perdiendo cosas: el pelo, los dientes, la tersura de la piel. Sin embargo, mis señoras tristes y andariegas, la parte de mi cuerpo más veces pasada a tijera, van siempre por delante, enraizadas como un árbol a la tierra hasta el último aliento final. 

No soy un caballo, no tengo cascos, ni prisa por llegar. Sirvo este relato detenido en mis diez lunas crecientes y a sus pies. 

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