Como un árbol desnudo

Como un árbol desnudo

 COMO UN ÁRBOL DESNUDO

 Tras los cristales se ven las montañas de un verde oscuro, el cielo blanquecino no deja pasar el calor del sol.  Paseo por las calles del pueblo de mi infancia y adolescencia ; a partir de las cuatro de la tarde ya no se ve a nadie por sus pequeñas calles, mis botas resuenan en el empedrado como antaño lo hacían los cascos de los machos . Mientras enlazo unos recuerdos con otros.

Uno siempre vuelve donde fue feliz.

Pienso en los que ya no están,  ahora conozco a pocas personas. Han transcurrido treinta años.

En mi paseo solitario por las callejas durmientes,  el amor y la nostalgia me invaden.

El tiempo se ha detenido.

Paso delante del lavadero, encalado de azul , albergue de ecos de  chapoteos de agua y ropa, allí veo a mi madre…

Me dirijo al rio, aunque nunca el rio es el mismo, como no lo soy yo.

La majestuosidad del Pilonico, que nos protege con Santa Bárbara en lo alto, la montaña siempre firme, en verano más verde, ahora ocre. Yo quisiera ser como esa montaña en la que cambia sus colores pero no su esencia. Los chopos han amarilleado, ya son dorados y castaños, un manto mullido me hace sentir como pisando una alfombra intemporal. Hace viento y caen multitud de hojas saludándome. Otros árboles están desnudos, sin una hoja que los cubra, son la viva imagen de la soledad , pero dentro de ellos,  se está fraguando lo que en unos meses será la explosión de vida.

Escucho en el móvil la canción de  Llach:”Com un arbre nu”, y sí, somos el mundo entero y también la nada. Somos el espíritu si cerramos los ojos, y el cuerpo si los abrimos, somos la luz del sol y la oscuridad de la noche. 

Hace frio, encendemos la estufa de leña por primera vez, ilusionados como niños con un juguete nuevo. Los leños arden, el baile hipnótico del fuego me apresa,  el libro reposa en mi regazo.

En el fuego está la verdad. La madera se va oscureciendo abrazada y abrasada por el fuego, luego se torna gris hasta convertirse en cenizas. Veo mi cuerpo inerte quemándose en mi muerte y siento paz. Recogemos una bolsa de cenizas de todo un día, madera de un árbol pequeño

Al final mis cenizas y las suyas se fundirán abrazadas

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Maria José Vivó

5_Diciembre_2022

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