Rastrillo para afeitar. Cepillo para dientes: inertes, oxidándose y erosionándose, objetos útiles, eso somos tu y yo, con todo y nuestros abismos de melancolía, nuestras hogueras de locura, nuestros océanos de pensamiento y nuestros desiertos de estulticia.
Todo inútil, se degrada o enmohece: páginas literarias, fotos del Instagram. ¿Qué seremos? palabra, dibujo, emoji ,piedra, huesos, ceniza , nada mientras el cepillo y el rastrillo permanecen.
Amaneció, es decir, hay luz natural pero yo tengo los ojos cerrados y estoy metido debajo de las cobijas, siento el cuerpo de mi perra sobre mis piernas, los millones de segundos escurriéndose por las esquinas y los cientos de miles de ideas filtrándose como humedad entre las grietas de la pared, mi perra escarba sobre la cama y muerde y jala las cobijas: me ha descubierto y me lame la cara y se alborota , es tiempo de salir, me incorporo.
Uso mi molino artesanal Hario, la fragancia es el resultado de esta acción, el aroma es el resultado de infusionar, verter agua caliente sobre el café, uso filtros de papel que oxigenan y retienen los aceites para dar como resultado un sabor excepcional en taza usando la cafetera Chemex.
Mis libros empolvados, recuerdos de cada lectura, caminos andados, sitios concurridos, los estos y los otros…la espera, la hoja en blanco y la punta del bolígrafo suspendida, el espacio entre la punta y la hoja, el espacio entre la tinta y el barril de la pluma y el espacio entre un segundo y orto segundo y el espacio entre una neurona y otra neurona y el espacio entre una memoria y otra memoria y la soledad de Charles Dickens y la playera de Pier Paolo Pasolini, el sweater de Hemingway, todo cabe en esa hoja de papel bond, el minotauro de Borges, la Comala de Rulfo, los detectives salvajes de Bolaño.
Estoy al borde del abismo ¿de que puedo sujetarme? del grito, del ladrido, de la sonrisa, del espejo, yo escribía sobre servilletas, sobre cuadernos Moleskine, en maquinas Olivetti, y ahora sobre un mini teclado portátil que manda el texto a mi teléfono móvil.
Hoy saldré a caminar en busca de escritores muertos, de cafetines desaparecidos y sepultados, me pondré mi gabardina Dior color verde olivo, caminare junto a Pereira por Lisboa, junto a Jean Valjean por las catacumbas parisinas, Junto a Arturo Belano por el desierto, hare mi propio viaje vertical como el personaje de Vila-Matas, ¿Cuántos poemas?¿Cuántos vidrios rotos? ¿Cuántas veces mas escribiré tu nombre sobre la arena ?
R. Ulaje.
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