¡Adiós mi pequeña!
Piensa que mamá estará pensando en ti a diario.
Cuando me eches de menos, siente mi mano acariciándote mientras te leía en voz alta para que ronronearas al son de cada verso. Siente mi aliento tibio pegado a tu fría oreja cuando te acercabas para rozarte en mi mejilla y aún así yo te seguía leyendo entre empujones y sonrisas.
Mamá ya no estará contigo, mi niña linda, pero debes entender que siempre estaré presente en tu hermosa vida. Vida que construimos juntas entre bailes, risas, saltitos en brazos y compartiendo esterilla en las clases de yoga. También esa vida en la que reinas auténtica con tu tranquilidad, calorcito y patita abierta hacia el cielo cuando te llenaba de mimos el cuerpecito y tu mismísima Alma… y tú la mía con tu pestañear y tus pequeños gemidos de Amor… o cuando venías a consolarme luego de un día duro con tu sola presencia a mi ladito.
No mires las lágrimas que caen ahora mismo de mis ojos, sólo quédate con mi mirada llena de amor y cada recuerdo que construimos juntas… esos que nos hicieron familia y que nos unieron hasta el final.
Te quiero mucho mi linda pingüina, has marcado un antes y un después, he aguantado lo humanamente inaguantable por ti… porque lo eres todo, lo ocupas todo, y siempre será así.
Nos vemos del otro lado, sé bien que estarás esperándome allí arriba para seguir guiando mis tontos pasos.
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