EL SUEÑO AMERICANO

EL SUEÑO AMERICANO

     —Sí que puedo arreglar ese reloj, los mecánicos y los de cuarzo.

     —¿Qué tal se le dan los cronógrafos con rattrapante?,

     —También los de rattrapante, calendario perpetuo y tourbillon. Incluso podría fabricar alguna fornitura… Le puedo mostrar uno de mis videos si me lo permite, es otra afición que tengo.

Al empresario le bastaron dos minutos de película para enfilar la silla de ruedas hacia detrás del mostrador, conminando:

     —Sígame, pasemos a mi despacho.

Con una determinación apabullante y la mirada fija en el joven, preguntó:

     —¿Cuánto quiere cobrar?

     —La verdad, no sé…, aprendí ayudando a un vecino relojero que apreció mi interés, yo nunca pensé…

     —La jornada es de ocho horas. Deberá llegar media hora antes de abrir al público y terminará media hora después del cierre para retirar los relojes de los escaparates. Descansamos sábados y domingo, aunque en invierno, que es temporada alta, solo cerramos en Sabbat. Estará tres semanas de prueba. Percibirá trescientos dólares la primera semana; la segunda, trescientos cincuenta; cuatrocientos al final de la tercera, y si se queda con nosotros su salario será de quinientos dólares semanales.

    —Acepto.

El empresario le extendió el precontrato. El joven dudó unos segundos, aún estaba en una nube. Cuando salió de su país con el dinero justo del pasaje previó meses de penurias, penurias diferentes a las que dejaba atrás, sin embargo, apenas habían pasado cuatro días y ya había conseguido un buen trabajo. Firmó.

El judío apoyó los lentes en el acueducto de su nariz y, con asombrosa presteza, se ató los tirabuzones a las patillas de las gafas por detrás de las orejas y se cercioró de que todo estaba correcto. Ya en la puerta, el nuevo empleado se dio la vuelta:

     —Una pregunta, ¿sabría decirme cuánto están pidiendo por alquilar una habitación en esta ciudad?

     — En Manhattan son demasiado caros, pero en los suburbios, podría encontrar algo por tan solo dos mil dólares, aunque probablemente no disponga de ascensor ni lavandería, ni esté bien comunicado. Pero no se preocupe, ¿sabe pulir?, podríamos darle un porcentaje extra por ello..

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