Un texto a la vida, lo siento…

Y es que estoy tan cansada de ir contra la marea… El agua me está sofocando, aún si solo toca mis tobillos. La arena bajo mis pies no me mantiene firme, la marea me golpea tan fuerte, tan abruptamente, el equilibrio lo pierdo y cuando veo el agua tan cerca, me da otra vista ¿y si intento mirarla a través de mis ojos, fundiéndome tal vez con ella? Cuando lo intento no me sofoco, de alguna forma consigo estabilidad con el agua meciéndome a su gusto y todo se vuelve más suave… sencillamente me ahogo y ya no tengo fuerzas para salir, ya no tengo ganas de salir. ¿Dolerá menos? ¿Sentiré algo de desesperación? Tengo tantas ganas de intentarlo, quiero dejarme llevar por este sentimiento… este sentimiento que será parte de mi abismo, seguramente una molécula de él, pero continuará siendo tan arrasador como una tormenta de arena, ya no quiero, hoy he de decir, lo siento, aunque…

Lo siento, es una frase aterradora no? Se puede decir de muchas formas e idiomas, en cada opción, significa que algo hemos hecho mal. Tantas, tantas formas de expresarlo, más solo hay una forma de sentirlo, cuando lo digo suena tan fácil, sale dócil de mis labios, es solo que cuando lo siento, me es tan diferente el pensarlo, me es tan abrumador siquiera estar sintiéndolo tanto como para pensarlo… Esta frase es tan grande que las personas cuando lo dicen, y normalmente usan sus sinónimos, no lo hacen sintiéndolo, sino simplemente lo expresan y ya, queriendo de alguna forma remediar algo sin atenerse a las consecuencias o causas, es correcto entonces que diga lo siento? A fin de cuentas yo decidí rendirme sin darle paso siquiera a remediar algo, puedo entonces decir… Hasta luego. De todas formas el océano, el desierto, el mundo, todo es un espejismo que se diferencian únicamente por su nombre.