¿Su nombre es Arte?

¿Su nombre es Arte?

Fernando Mugo

28/05/2022

El salón estaba lleno de personajes interesantes. De da Vinci a Mozart, de Kubrick a Miguel Ángel y de Cervantes a Victor Hugo. Era algo así como el Valhalla de los artesanos del arte insano.

En ese momento miré los ojos confiados de mi acompañante.

– ¿Asombrado? – Preguntó.

Una sonrisa sincera fue mi respuesta.

– Vamos arriba – me dijo -. Quiero presentarte a algunas personas.

Nos cruzamos con algunos rostros ilustres al atravesar la planta baja. Oscar Wilde y Marilyn Monroe estaban ahí. No me dejé sorprender.

Subimos por la escalera de mármol hasta un pequeño salón con paredes de cristal.

– ¿Quiénes son ellos? – Pregunté.

Me refería a los resplandecientes seres que se encontraban acomodados en el sofá.

Ella no respondió. Siguió adelante con su parsimonioso andar.

– Mi preciosa nube – exclamó una mujer que se puso de pie en cuanto nos vio entrar.

Llevaba puesto un ajustado vestido rojo que resaltaba su larga cabellera del mismo color. Al instante me recordó a Jessica Rabbit.

– Tú, con ese halo ostentoso a tu alrededor, tan hermosa, hermana mía – le respondió mi amada mientras se fundían en un abrazo.

– ¿Quién es tu acompañante? – Preguntó un hombre que me miraba con desdén.

Iba desnudo, engalanado con una espesa barba gris que cubría gran parte de su rostro.

– Es nuestro hombre – respondió ella.

Más tarde comprendí lo que aquello quería decir.

Un apuesto caballero que vestía elegantes ropas nos invitó a sentarnos junto a él.

– Escultura – dijo presentándose -. Música nos ha hablado mucho de ti. Dice que sabes de sentimientos. Que eres de esos con apreciación absoluta.

– Responde, por favor, ¿Qué es para ti la belleza? – Preguntó la mujer del vestido rojo. Su nombre era Danza.

– Es ese velero que cruza el profundo mar del alma, despertando criaturas que saltan dichosas por encima de las aguas, como si quisieran llegar al sol.

– Hermanos, recuerden que la belleza no es la única musa del arte – añadió una mujer ya entrada en años que conservaba una mirada apasionada. Más tarde supe que su nombre era literatura.

– Entonces dinos – interrumpió Escultura refiriéndose a mi -. ¿Con qué propósito cortejas a nuestra hermana?

– Al principio añoraba el foco y el aplauso, luego el oro y la gloria, pero ahora mismo lo hago sin más motivo que el de crear vida. Un motivo egoísta en realidad.

– Ese es el camino – dijo otro de los sujetos. Vestía poco formal, como un estudiante universitario. Cine era su nombre -. La superficie es horrible. Pero en las aguas profundas, oh, amigo mío, es dónde se encuentra la belleza.

Al salón entró una joven pelirroja de aspecto tímido. Dijo que quería invitarnos al «jardín de estrellas abovedadas».

Aceptamos sin hacer preguntas.

A música y a mi nos llevó de la mano mientras musitaba frases ininteligibles. Su nombre fue lo único que escuché con claridad. Pintura. Música también era su hermana.

Nos reunimos de nuevo en el dichoso jardín, que más bien era una alcoba adornada con flores. Tras nosotros llegaron los demás hermanos.

Entonces ocurrió la unión.

Los siete hermanos se fundieron, igual que metal derretido. Y de la amalgama surgió una criatura hermosa, de ojos almendrados, cabello níveo y piel pálida.

Fue ella quien esa misma noche me envolvió con su cuerpo, como si fuese un capullo, dirigiéndome a la metamorfosis que ocasionó el big bang neuronal.

Al día siguiente la llevé a casa.

Me senté a escribir en el jardín mientras la miraba.

«¿Su nombre es Arte?» Me pregunté.

Hoy tuve ganas de escribir se llamó la obra que construí.

Instrumental: Fernando Mugo
Letra: Fernando Mugo
Producción: Fernando Mugo

Música libre de derechos.

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