La belleza no es solo físico y juventud, es alma, pureza e inocencia de una mente en paz, es fuego, ese que quema tu interior hasta despertar los demonios escondidos en lo más profundo de tu ser.

Perder el control de los sentidos, predominan las ganas, el placer y las ansias de poseer, el alma se consume en la fuerza de las llamas traspasando la barrera de los cuerpos y se vuelve uno con aquella persona que logra zacear la sed de poder.

Demonio y ángel, ambas formas en una sola persona y encontrar en la inmensidad del mundo alguien que cause tal revolución, merece ser dueño de tu belleza y del infierno iracundo que se encierra en tu cuerpo y quiere salir, de la piel erizada cuando la roza con sus dedos fríos, de la locura que crea cuando está lejos, de la conexión entre dos mundos que por leyes antiguas no pueden jamás cruzarse, pero que por amor se encontraron y causaron una revolución a su alrededor con tal de lograr vencer la barrera que los hacia mantenerse separados.

Ser el Dios del inframundo, tiene sus ventajas, y desventajas.

Una desventaja es vivir en una completa soledad únicamente por leyes absurdas que mi hermano Zeus implanto para “controlar” el caos en el mundo de los dioses, por la atracción de dioses y mortales, trayendo a semi-dioses a la tierra que no podrán llegar al Olimpo jamás ya que únicamente pueden entrar nacidos de dos dioses.

Hijo el cual si nace no podrás conocer, vivirá como un bastardo y solo con una prueba de su poder otorgado por su padre Dios tendrá el derecho a elegir si ir al Olimpo o seguir en la tierra, el no podrá saber de tu existencia, está prohibido.

Lo que él nunca imagino fue que yo tenía una puerta siempre abierta a ese mundo que los mortales le llaman tierra, era mi trabajo hacerlos cruzar de su mundo a lo que sería su nuevo hogar, y de hacer su llegada a mi reino más cálida aunque suene irónico ¡vivo en el infierno!

Es el lugar donde pasaran el resto de su eternidad llenando los calderos que avivan el fuego de los mil infiernos que gobierno, llenos de odio, rencor, y sentimientos obscuros y malignos para yo poder alimentarme y seguir volviéndome más poderoso de lo que ya soy y pagar su castigo por sus malas acciones mientras residieron en la tierra.

He conocido muchas almas que al llegar a la puerta de mi reino, desean volver desesperadamente pero al pasar el purgatorio, jamás habrá forma de volver a salir de aquí.

Solo yo puedo salir de este mundo tan caluroso en busca de nuevas víctimas, causar caos, y molestar a mi prepotente hermano, pero lo he hecho durante siglos y ya me estoy aburriendo de este juego de niños aprendiendo a usar sus juguetes nuevos.

He existido desde un poco después de que mi padre creara la tierra, y desde entonces me he vuelto más fuerte y poderoso, y si tuviera el rayo que ahora es de mi hermano Zeus seria el Dios más poderoso de todo el Olimpo, pero no he podido poseerlo porque está custodiado y no es fácil combatir contra él.

Pero sé que algún día yo seré el rey de todos, estaré allá arriba y no en este infierno.

Observando y aprendiendo del siglo XX es el que se vive actualmente, he visto muchos rostros, muchas mentes, muchos cuerpos, no se imaginan cuantas mujeres he hecho mías.

¡wow! Son muchas, la verdad y en el siglo XX he tenido muchas más, de las que he tenido en mi poder durante veintiún siglos.

Ya que se vive la mejor época para mí, porque el odio, el poder, el rencor, la envidia, la avaricia, entre otros muchos sentimientos abundan en el planeta tierra, y es el principal motivo por el que día a día el trabajo de Afrodita se ve afectado y muy poco en las calles en especial en las de Madrid, predomina el sexo por placer, por alcohol, por drogas, dinero, y nunca por su fruto, el Amor.

Tengo varios años observando detenidamente esta ciudad y me llama mucho la atención como los mortales conviven, y cambian constantemente de pareja solo para tratar de llenar el vacío que deja la anterior, me rió ya que parecen hijos míos pero no lo son y he visto muchos sufrir por amor al perder a su amado y no encontrar en otros seres lo que le hacía sentir ese en específico.

¿Cómo lo hacen?, ¿Cómo logran meterse en nuestra mente?, maldigo a afrodita y sus dones de amor verdadero, sobre todo odio ese poder sobre los hombres, poder que desde que perdí a mi amada Perséfone, cada día me levanto y los maldigo ya que en estos seis siglos desde su partida, no he podido borrar sus ojos con esa mirada que cautivaba a este Dios atormentado en este infierno en el que vive.

Durante todo este tiempo mis ojos han visto pasar millones de mujeres, pero ninguna como ella, llena de vida, tranquilidad, una sonrisa que cautivaba a todo aquel que estuviera cerca, cambiaba todo a su alrededor y me hacía amarla incondicionalmente, no tener ojos sino para ella nada más.

Era mi reina, mi diosa, mi princesa, mi esposa y la única entre todas las diosas tan desquiciada para querer pasar su eternidad en este reino lleno de calor, sentimientos dañinos, y almas en pena aclamando redención y perdón.

Solo una mujer como ella estaba tan loca, como para cambiar el olimpo, por los mil infiernos y solo aceptarme sabiendo lo que conlleva ser mi esposa, la hacía merecedora de todo mi respeto, mi amor, y todo lo que este pobre demonio podía darle, y que durante los siglos que estuvimos juntos jamás pidió más que una sonrisa, un abrazo, o una muestra de mi amor de manera sencilla, así como era ella, sencilla, simple.

¿Qué más puedo pedir? Amaba su cabello dorado cenizo, que enmarcaba su pequeño rostro redondo, y acentuaba sus labios rosados intenso, que hacían juego con sus ojos marrones oscuros, tan oscuros como el café que tomaba en las mañanas.

Ella era sencilla, era perfecta y su sencillez la hacía verse hermosa hasta a medio despertar, no merecía un infierno como hogar, sino el olimpo con todos sus lujos, por eso mi profunda obsesión con destronar a mi hermano, porque no toleraba verla rodeada de demonios, y seres que dañaban su inocencia, merecía el cielo, con ángeles que la cuidaran y la hicieran sentir parte de ellos.

Sueño del que tuve que desistir al perderla, llegar esa noche y observar su cuerpo en el suelo, ver su rostro blanco pálido, y sin ninguna expresión, no se movía, no respiraba, la había perdido para siempre, mi ángel, mi amada, mi mundo … Todo.

Ella lo era todo, lo que lograba mantener mis demonios tranquilos, y todo en el inframundo organizado, tranquilo, hacía que la estancia de todos fuera más amena, e imaginar este reino sin ella, mi eternidad sin ella, prefería tomar la otra esfera de muerte solo para irme con ella, pero la llegada de mi hermano a mi reino y el caos que causo me hizo desistir y posponer lo que sería inevitable, mi eternidad con ella.

Seis siglos de total agonía desde su partida, para nosotros un siglo es como unos mil años en la tierra y todo gira muy deprisa para un mortal, pero para mí es mucho tiempo, ya que no tengo lo que más amo a mi lado.

Encontrar un punto de atención para mí, no es sencillo y busco no aburrirme solo molestando a mi hermano, y estando con muchas mujeres, así mantengo mi mente ocupada y lejos de todo pensamiento que esté relacionado con Perséfone.

Un 23 de enero de 1996 entre las calles de la alocada Madrid, nació una pequeña bebe, cabe destacar que era muy chiquita entraba de manera perfecta en la mitad de tu brazo, o totalmente en tu pecho de lo pequeñita que era, hermosa la verdad, no sé por qué al verla se da un aire ah… No, no puede ser, me digo a mí mismo.

Ella está muerta, me repito este mantra unas cuantas veces en mi cabeza hasta calmar mi mente cautivada por la belleza de esa pequeñita.

De ahí en adelante, mi mente jamás volvió a ser la misma, a medida que la bebe fue creciendo y formándose, cada vez se parecía más a mi amada Perséfone, quede totalmente perplejo del parecido entre ellas y no podía evitar seguirla de cerca, estar siempre a su alrededor, cuidarla, protegerla como el ángel que era, aunque estaba claro que no podía estar con ella jamás por el simple hecho de que yo era un dios, y ella una mortal.

Algunas noches entraba en sus sueños, así convivía con ella, aunque no supiera que yo era real y no parte de su imaginación, sin olvidar que así mi amigo Morfeo se molestaba por irrumpir en su labor de Dios de los sueños, pero consideraba que era una forma de mantener contacto con ella sin romper las reglas, creadas para mantener ambos mundos separados.

Aunque soy el Dios de la muerte, del caos, y la guerra, estoy hecho para romper las reglas, solo que esta vez así como con Perséfone, no puedo romperlas porque su rostro, su inocencia, su mirada me cautivan, me hacen querer hacer las cosas de manera correcta y no dañar su inocencia.

Así la vi crecer y volverse la viva imagen de Perséfone, durante 16 años sin interrupciones, cada día que pasaba me enamoraba más y más de ella, peleaba con mis demonios, me obligaba a no enamorarme de una mortal pero era inevitable teniendo en cuenta que era exactamente igual que el amor de toda mi eternidad.

Su nombre de mortal era Caelli, un nombre extraño, poco común pero con un significado fuerte, como ella, sutil y tierno como su mirada, apasionado como era ella con todo lo que hacía.

¿Su significado? Cautivador, significaba “Mi sitio de paz” irónicamente para ser el Dios del caos, Caelli lograba transportarme a ese sitio que disipaba todos esos males, ese estrés de ser el amo y señor de los mil infiernos, lograba exactamente lo mismo que Perséfone, sacar lo mejor de mí y hacer un mejor hombre de este Dios desquiciado.

Poco lógico, que un Dios con el poder y capacidad de obtener todo lo que desee, o se le antoje, escoja una mortal sobre una Diosa, hasta perder su reino, o poderes, sabiendo que jamás la podrá tener cerca.

Eso dentro de los reglamentos establecidos, pero había estado demasiado tiempo solo, y ya no soportaba estar un segundo más lejos de ella, decidí pasar sobre esos reglamentos absurdos, y sobre mi hermano, hacer todo lo que este en mis manos para cautivar, y crear en Caelli un sentimiento tan real como la belleza que la hace ser única, hermosa, y la única mujer que en todo este tiempo había igualado el sentimiento que tenía hacia mi amada Perséfone.

Me hizo analizarme, querer cambiar, y dejar todas mis fechorías en el pasado, era tiempo de actuar así que comencé a confabular un plan para mi aparición ante Caelli, justo un mes antes de que ella cumpliera 16 años de edad.

Meses antes había estado apareciendo en sus sueños, en sus pensamientos y en sus actividades cotidianas, haciéndole saber que era real.

Todos los días iba religiosamente, a practicar su deporte preferido, y el que había practicado durante 12 años consecutivos, la natación, siempre me sentaba enfrente en un pequeño café, y tomaba mi acostumbrada taza de café “bebeccino” lo cual no es muy usual en mi ya que desde que mi amada Persefone murió, comencé a odiar el café, ya que solo con ella lograba encontrarle el gusto a tal liquido marrón oscuro, y con sabor bastante marcado y peculiar, esperaba siempre que llegara, entrenara y se fuera a su casa.

Cuando un día me sorprendió, ya que todo el protocolo cambio radicalmente al Caelli hacer algo que no acostumbraba hacer, decidió entrar al café “Paginas en blanco”.

Al entrar lo observa con detenimiento, nota que el café está dividido por sectores, y posee un sector, el cual sé que iba a ser su favorito, ya que desde muy pequeña le ha encantado leer, y dicha sección era una especie de biblioteca, creada para que todo sus consumidores, se sentaran a leer y disfrutar de un buen café, un ponqué, o cualquiera de los productos que podías observar apenas entrabas al café.

En fin, al entrar observa todo, y se nota emocionada, impacta, y un poco impresionada, ya que jamás había entrado, y al hacerlo fue para su sorpresa mejor que lo que supongo podía imaginar, ya que tenía varias de las cosas que ella amaba, eran leer, el café, las tortas de chocolate y esas sillas flotantes, que hacían que aquella persona que se sentara en ella se transportara a otro mundo y eso era lo que normalmente ella lograba hacer al sentarse al leer por las noches en la terraza de su casa.

Luego de pasar unos minutos pasmada, decide acercarse a pedir un “bebeccino” una torta de chocolate, la cual se veía muy apetitosa, y paso a sentarse en una silla flotante, tomo un libro de la biblioteca que se encontraba a su lado izquierdo y se dispuso a leer.

Emoción que duro unos quince minutos, ya que al pasar al área de lectores, noto mi presencia rápidamente, y no logro obtener la concentración que necesitaba, y tras pasar cinco minutos más decidió acercarse y hablarme.

Mi versión humana, se llama Thiago, soy un joven de 19 años, estudiante universitario, que vive hacia el centro de la ciudad, y esta en busca de aventuras, riesgos, y un amor incondicional.

Hola, ¿Nos conocemos? susurra en voz baja Caelli.

Yo, sin inmutarme mucho, un poco frió, y con una mirada un poco nerviosa quito los ojos de el libro que tenia en mis manos, y los dirijo hacia la joven que se encuentra enfrente de mi, y respondo con un poco de misterio.

No … aunque seria un placer que nos conociéramos.

Ella apenada, se ruboriza y sus mejillas se tornan de un tono rosado y de su boca sale a duras penas, siento que te conozco de antes, pero no logro recordar de donde.

Dudo que nos conozcamos, y me sonrió de una forma muy picara ya que esta ha sido una de las mentiras mas grandes que había podido decir, por que había compartido con ella, en sus sueños durante sus 16 años, culmino mi oración diciéndole en un tono un poco mas cálido, pero tranquila.

Mi nombre es Thiago, es un placer conocer a tan hermosa dama. Extendiendo mi mano hacia ella para estrechar la suya.

La hermosa Caelli ruborizada, y penosa extiende su mano y la tomo, observando que tiene unas manos muy suaves, tan suaves como acariciar una nube, o un algodón, sensación que duro unos segundos ya que al tocar su mano también pude sentir una corriente que me recorrió todo el cuerpo.

Logro que mi sangre hirviera y sintiera calor, de tal magnitud que sentía que estaba en mi reino, ademas de notar que ella parecía haber sentido lo mismo, ya que sus ojos y su mirada cambiaron.

Su mirada era fuerte, marcada y que lograba ponerme nervioso ya que no podía descifrar que quería decir. Al mantener nuestras manos unidas, culmina su saludo respondiendo con un dulce.

El placer es mio, mi nombre es Caelli, y me regala una sonrisa la cual desde ese momento supe que no lograría olvidar, ya que era igual de hermosa que ella.

Al soltarnos, supe que ella seria como volver a vivir la historia, o el fuego que sentí con mi amada Persefone, un amor fuerte, y que duraría para la eternidad.

¿Deseas sentarte? Le pregunto, con la esperanza que respondiera de manera positiva, y poder compartir con ella, como tanto había deseado durante 16 años, pero para mi sorpresa su respuesta fue un ¡no!.

SINOPSIS

Todo ser está destinado a unirse a otro, a fundirse en un abrazo de amor que revelara su verdadero ser y conectara su alma con la de su amado por la eternidad, y ni los Dioses del amor podrá oponerse a ello.

Y Hades no es la excepción y hasta el mismo Dios del inframundo se enamora, y para su sorpresa, se enamora de una simple mortal que con su sencillez, locura, ocurrencias, paciencia, y dedicación para con él, logro enamorarlo y hacerlo considerar el entregar sus poderes, su reino y todo lo que lo hace uno de los Dioses más poderosos de todo el Olimpo, solo para poder estar junto a su amada.

Sin olvidar que la única mujer que el amo de verdad y había logrado algún cambio en Hades había sido su esposa Perséfone, y la cual siglos atrás murió de forma inexplicable y el mismo Hades encontró en el suelo de la sala de su palacio, y de ahí en adelante Hades jamás volvió a ser el mismo, hasta la llegada de Caelli al mundo de los mortales.

Sin importarle nada más que su amor por ella, logra desatar la furia de su hermano Zeus, y causar la guerra entre los Dioses del Olimpo.

Pasando sobre las reglas implementadas por su hermano, y no solo usar sus poderes y convertirse en humano, sino interactuar con la hermosa joven, y crear juntos una historia que ni las flechas de los Dioses del amor, lograron separar, ya que la joven logro mostrar el verdadero ser de Hades y aun sabiendo lo que era, decidió continuar con su amor que los hizo crear unas de las pocas historias de Dioses y mortales que no tuvo final, sino páginas en blanco para que ellos pudieran escribir su historia por toda la eternidad.

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