…tal como te prometí. El Golden Gate deslumbra en su infinito naranja y corre una ligera brisa que me recuerda tu cabello al viento y el omnipresente cigarro que, seguramente, hubieras encendido de estar aquí, a mi lado. Juntos programamos esta aventura americana y, juntos, hemos llegado a tu adorado San Francisco, yo físicamente y tú siempre en mi corazón. Imagino que desde allá arriba tendrás mejores vistas que yo y que te habría encantado conducir este coche, ¿a que sí? Ahora voy a ponerme unas flores en el pelo como dice la canción y bailaré para ti y contigo, sabiendo que tú enlazarás tus brazos alrededor de mi cintura y guiarás mis pasos como siempre lo has hecho.Te echo infinitamente de menos pero prometimos besarnos bajo la atenta mirada del Golden Gate y eso es lo que pienso hacer: besarte con cada lágrima y con cada recuerdo porque sé que me correspondes desde donde estés. Tuya para siempre, Violeta.
Alberto Sanz Rocamore
Algún lugar del firmamento
Desde San Francisco, USA
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