Querida Esme,

Voy a ir a verte. Tengo guardado el dinero que ahorré en 2020 para el viaje, así que me plantaré ahí un noviembre, que es cuando me dijiste que está la jacaranda en flor y estalla de colores el verano austral. Conoceré los famosos barrios de Belgrano y Palermo, iré a todos los boliches de los que me hablaste, patearé San Telmo y entraré en esas tiendas de discos mod que tanto te gustaban.

Sí, voy a ir a verte. Pero te veré en lo que dejaste atrás, querida: algo muy impaciente se te llevó en volandas antes de que pudiera darte un abrazo, que iba a ser el primero. Yo a veces –ya ves tú- imaginaba que si Europa se ponía imposible, me haría el petate y me iría a pasar la vejez en Argentina (“porque tengo una amiga en Buenos Aires, ¿sabes? Se llama Esmeralda. Nos conocimos en Facebook, ¿lo puedes creer?, y tenemos unas ganas de vernos en persona…”).

Además tengo que ir a verte para darte el broche con forma de westie que te compré cuando se fue Gina, tu princesa. Te lo debo, hermana.

Te quiero,

Marta

Destinataria: Esmeralda Nieto

Buenos Aires.

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