Descripción: En un círculo, manos atadas, pies encadenados. Nada más diáfano que, expresar a través de un emoji, el estado mental del ser, en su cuerpo, alma, corazón y espíritu. Ataduras silenciosas que encadenan, aunadas a la soledad que las embarga. Ataduras que, además, arrastran quienes padecen condena intramural, agonía en una cama de hospital, o en la prisión mental que nos creamos, en el duro transcurrir de la existencia. Justo ahí, cuando queremos hablar y no podemos, cuando podemos hablar y no deseamos, amortigua un resto la sed que horada la garganta.

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