Recorrió tanta distancia este libro, para precisar fueron 6388 kilómetros desde Argentina hasta República Dominicana. Pensé que nunca llegaría, pero cuando llegó, lo abracé, deguste los poemas que entre sus páginas se refugiaban. Mi amiga poeta les dio un titulo exquisito «Primicias”. Lo maravilloso fue que, entre lectura y lectura, un poema me deslumbró, y vi como del vientre de ese poema, emergió otro poema. Entonces la espera no fue más que un parpadear del reloj para navegar apaciblemente entre los versos que desde la distancia se mecían en mis labios. Que fabuloso fue conocer a mi amiga poeta sin tenerla frente a mí.
¡Pobre vieja!
con pasos de caracol,
hojas secas.
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