Llegué a casa cansado como perro.
Parecía un día cualquiera, aun no sabía que se convertiría en uno especial.
Es verdad que estaba bebiendo más de la cuenta
y también fumaba un buen porro,
y a modo de excusa debo decir que era viernes y lo merecía.
Curiosamente no tenía hambre, solo quería descansar.
La casual canción de los Beatles sonaba genial.
“Listen do you want to know a secret ♫”
Lo estaba disfrutando. La música parecía deslizarse por cada minúscula grieta de los muros, vibrando y serpenteando por toda la habitación hasta acariciarme el amplificado sentido de audición que ya me completaba y me llenaba de paz.
Tú lucías más hermosa que de costumbre.
Sin maquillaje y vestida de madre jugabas con nuestros hijos ya grandes.
Era maravilloso verte sonreír mientras pellizcaba ese fugaz momento de felicidad a esa hora de la noche.
Sé que no suena cool, probablemente no lo entenderán, pero esa situación doméstica y sencilla era mágica.
Mientras revoloteabas a mí alrededor ordenando aquí, limpiando allá, seguí la lírica en castellano para que entendieras.
“Escucha, quieres conocer un secreto♫”, canté inspirado para ti.
Quise despertar tu curiosidad, pero seguías afanada en tu singular misión.
“Closer let me whisper in your ear♫”
Qué manera más delicada de buscar complicidad. Como disfrutaba esos acordes, ese sentimiento expresado en palabras puras y precisas, que esos genios habían transformado en esta fascinante canción.
Y yo volví a traducir, queriendo llamar tu atención para compartir ese hermoso mensaje.
Acércate, Déjame susurrarte al oído ♫”
Tú seguías vestida de dueña de casa, no creo que lo haya notado, pero cada movimiento que hacía tu grácil cuerpo parecía seguir los compases de la grandiosa melodía y sin saberlo danzabas para mí.
Listen do you want to know a secret?
Do you promise not to tell♫?”
Voy a compartir un secreto, ni siquiera tú lo sabes, lo he ocultado demasiado tiempo. Solo podía pensar en esto mientras traducía para ti.
No estoy seguro, pero creo que casi lo grité para que por fin pusieras atención.
Escucha
¿Quieres saber un secreto?
¿Prometes no contarlo? ♫
Te acercaste y sentí latir mi corazón.
I´m love with you ♫ continuaban cantando los genios de Liverpool.
Lo escuché con absoluta claridad, era una epifanía, una revelación que se presentaba en el momento exacto, algo que probablemente nunca se volvería a repetir en esta vida, en este universo, en este lugar, pero…
Pasaste de largo y seguiste ensimismada en tu cometido.
Y yo no pude seguir cantando para ti.
En ese preciso momento me di cuenta de lo que ambos habíamos perdido.
Nunca te enterarías que después de tantos años, seguía amándote al igual que la primera vez que te vi…quería que lo supieras y no pude decírtelo.
¿Por qué no te lo dije? era tan fácil, ¿por qué no te abracé y susurré esas dos simples palabras para luego besarte con pasión?…era tan simple y no lo hice.
Un adormecido sentimiento de amor repentinamente se había agitado con vigor dentro de mí. Quería hacerlo explotar, al igual que un fuego artificial para que escribiera un “te amo” en letras doradas bajo la luz de la luna y de todo el maldito firmamento…pero nada de eso pasó.
En un último esfuerzo por redimir mi estúpida cobardía, quise una vez más tomar tu mano, pero se desvaneció al igual que todos esos recuerdos.
Ya no estás a mi lado. Tu inesperada partida hace tantos años, solo me dejó como compañía, una canción inconclusa y un silencio perpetuo de sentimientos que no debieron permanecer ocultos.
A pesar de la despiadada añoranza, aun puedo soportar tu ausencia sin derrumbarme del todo porque se perfectamente lo que sucederá cuando llegue puntual un nuevo e indiferente crepúsculo.
Beberé un nuevo trago lleno de melancolía. Me apoyaré en mi bastón y lastimosamente me sentaré.
Respiraré cansado y buscaré refugio en la música de los cuatro fabulosos, algunas cosas nunca cambian.
“Do you want a know a secret” empezará sus primeros acordes, y la terrible soledad que siento en todo momento se alejará como si un poderoso sortilegio pretendiera consolar mi abatido corazón.
Y mientras espero que el anochecer ilumine la solitaria morada que alguna vez fue nuestro hogar, volverás a presentarte, como tantas otras veces.
Y yo volveré a sonreír lleno de esperanza, anhelando una nueva oportunidad, y quizás, sí es que tengo suerte… pueda por fin terminar nuestra canción.
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