El sueño del sátrapa

El sueño del sátrapa

Javier Reiriz

19/03/2022

Admirado estratega:

Es inútil que se esfuerce en recordar quién soy. No me conoce de nada y mi nombre no le sonará, aunque le adelanto que estamos cortados por el mismo patrón. Somos, en cierta medida, como esa imagen que nos mira fijamente a través del espejo.

Desde muy joven me he identificado con sus increíbles hazañas y siempre he visto en su persona al hombre que hay que idolatrar. Lástima que el destino haya querido que viviésemos épocas diferentes, porque si hubiésemos compartido el mismo tiempo, solo Dios hubiese tenido arrestos a desafiarnos. De ser así, usted no habría tenido que claudicar ante las extremas condiciones de nuestra gélida estepa, porque yo le hubiese abierto las puertas de Madre y llevado en volandas por la senda de la gloria. Juntos la hubiésemos alcanzado y hoy tendríamos el mundo a nuestros pies, como también lo tuvo el gran Alejandro en tiempos pretéritos que ya nadie recuerda.

A estas altura se preguntará ¡oh emperador de todos los mortales! quién osa enviarle esta misiva. Con gusto me identifico: soy su digno sucesor.

P.d.: nos vemos en la otra vida. Allí tendremos la eternidad por delante para modelar nuestro sueño.

Vladimir P.

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