Es una cara con ojos orientales que lloran con gesto enfadado. La cara mira una llave de tuercas. Claro está que la confianza, el empeño y la ilusión que se desmoronan cuando alguien te engaña pueden hacer parecer que el chino nos quiera pegar con la llave de tuercas. Y es posible que lo haga, pero más posible es que se endiñe a si mismo llamándose estúpido por no darse cuenta de que estaba en manos de un frío mentiroso.
En cualquier situación de engaño, mentira y manipulación al que nos veamos sometidos podemos usar al chino de la tres catorce. Para aquellos que no sepan que en realidad a los chinos no se les puede engañar y que la llave era del trece catorce, lo deducirán sin problema, así como nos ha tocado hacer con el emoji del gorro del oeste o el emoji potato.
OPINIONES Y COMENTARIOS