Sutil Demencia

Sutil demencia?! Ella no llamaría sutil a lo que acosaba su cerebro, neurotransmisores y alma. Porque ya no sentía su alma? Porque ya no sentía amor, empatía, compasión?

Fue una ilusión sentir un alma? Jamás! eso no se ponía en duda. La había perdido o de seguro estaba echa pedasos en el fondo de su caja torácica. 

Podía sentir el alma de lasdemás personas como si estas fueran agua para alguien atascado en el desierto. No podía ignorar esto más. Había sido buena ignorando su conciencia durante 10 años y reeducandola durante los últimos 5 para ser un ser detestable.

Este ejercicio de imaginar a su misma persona a los 8 años y preguntarle si estaba orgullosa de su futuro ser a los 30 años se tornaba ciertamente incómodo por no decir vergonsoso y doloroso. Será doloresa conmiseración obsesiva?  Es que ya ni recordaba lo que era dolor. No podía situarse en el presente y menos en la realidad más aceptada por la sociedad. Todo era tan relativo.

Relativo, que trillado. Eso es aún peor que llamar a este monstruo rocoso sutil. Casi harta de acostarse a esperar que pasaran estas oleadas de percepción de sí misme,  esta distorsión de sus apoyos irreales paralevantarse de dicha cama recordó.

Y recordó cosas horribles, pero también recordó a su ser yo de 8 años y sintió orgullo de esta personita. A pesar de sus múltiples defectos esta persona lo intentaba con todas sus fuerzas. Que intentaba? Todo. No sabía rendirse. Tenía mucha esperanza y esto traía paz a sus tardes. Explotaba constantemente de tanto que luchaba por controlarse. Pero cada vez que esto pasaba aprendía e iba moldeando una conciencia y un ser humano compasivo, alegre.

Los retos nunca le desanimaban por el contrario le aceleraba e interesaban.  Sobrepasar un límite tenía un atractivo. Era sin embargo enfocado de una forma que sepodría rotular de positivo. Correr más distancia que la vez anterior, terminar las tareas más detalladamente que las anteriores, poner más atención en lacongregación los domingos. Sentir menos ira. Meter más goles. Comer menos dulces, lavarse más los dientes. Cualquier cosa debía ser mejor que la vez anterior. Pero el progreso por el solo hecho de ser progreso sin importar en que y llevándolo hasta el más mínimo detalle era mucha presión parauna niña de 8 años. 

Explotaba, lo he dicho, en ira, en llanto en cualquier forma de liberación de emociones cuandoencontraba una piedra en el camino que la llevaba a enfrentar el fracaso.

«A la mierda todo. Yo quiero ser feliz»!, pensó a los 19. Y por ósmosis aprendió a que lascosas le «valieran». Ya nada le importaba. Como podía haber tirado a la basura todo el esfuerzo de esa niña, de ella misma. Como pudo ser tan extremista. Tiro al suelo todo su trabajo y se dedico a deshacer todo lo construido. Ahora lo veía. Se lo habían mencionado antes, mas no había querido escuchar.

Hecha pedazo estaba su alma, no tenía alimento, no tenía agua. Pero,»un momento!» pensó, «siempre he

sido extremista. Aún hay en mi esa persona que trata demasiado. Debo encausar toda esta energía y aprender a manejar lo que está niña no podía. No quiero ser una tibia. No quiero rendirme. Sino porque estoy tirada en esta cama con estos pensamientos sobre el alma? Porque me pregunto sobre quién soy. Hay un remanente de quien fui.»

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