No se puede parar un reloj.

No se puede parar un reloj.

Espero el día en el que un avión me rescate, oportuno, de esta ciudad que se está comiendo mi sonrisa y mis palabras; y que me lleve a casa, el avión, para que mis padres dejen, por fin, de envejecer.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS