Era esa epoca entre diciembre y enero y se habian estado viendo mas seguido que de costumbre. La familia estaba reunida en la sala calentada por el sol que ingresaba al area social por la ventana que daba al oeste. Todos, los abuelos, los cuatro hermanos, los dos padres y la nueva integrante que tenia un noviazgo con el segundo hermano. Estaban siendo victimas de la marea alcalina despues de una deliciosa comida de año nuevo y mientras en la cocina sonaba la cafetera para el cafe, hablaban entretenidos a pesar de lo tentadora que podia ser una siesta bajo ese calorcito y llenura. 

El abuelo hablaba poco, ususalmente, en las reuniones familiares. Disfrutaba con una sonrisa de las interacciones entre los demás comensales. Sin embargo, cuando hablaba llamaba mucho la atencion con su sabiduria y sus historias. Con cierta picardia las iba narrando y todos reian o preguntaban con interes instandolo a que continuara. 

Esa tarde llego el momento de una historia. Los nietos imaginaron algun suceso divertido de su finca en la Cordillera Volcanica Central. El abuelo comenzo diciendo:

Vieran como ha llorado Ramón!

-El perro de Sosé?- pregunto la hermana menor refiriendose a el perro del segundo hermano.

-Querrás decir el hijo de Sosé?- bromeó la abuela. Los cuatro hermanos cuidaban a sus mascotas con mucha entrega y amor. El grado de chineos y atenciones era tal que los mayores lo consideraban excesivo.

-No, pequeña, el hijo de Juan!- Le respondio el abuelo a su nieta

-Ah! El señor que nos dejaba pasear en su moto? 

-Ese mismo! 

Recordaban a Juan con cariño, siempre que iban de paseo a la finca lo pasaban a saludar. Y muchas veces se habian quedado tomando cafe con el. Tenía queso recien hecho y pan listo para recbirlos.

-«Resulta que llego a la finca de Juan un nuevo trabajador. Estuvo unas dos semanas y discutieron. La cuestion es que no pudieron resolver las diferencias y Juan lo tuvo que dejar ir. El trabajador se fue furioso!- Exclamo el abuelo, dando enfasis en lo furioso que se fue el trabajador.- A los pocos dias lo vieron unos vecinos por la zona. La cosa estaba rara pensaron ellos. Juan nada que volvia a la casa. Entonces todos los vecinos se fueron a recorrer la finca para ver si lo encontraban. Ese Juan siempre se caía en las zanjas o se quedaba dormido en el pasto a deshoras. 

«De seguro lo encontraron golpeado, todo golpeado» penso la nieta mayor que siempre estaba pensando adelante y tenia poblemas con mantenerse en el presente. 

Los demas ponian mucha atencion esperando un final gracioso e inocente. 

-Ay, ese Juan!- exclamo la madre.- Es un alma libre!- dijo sin imaginar mayor contratiempo.

-No ya no- dijo el abuelo con pesar- despues de horas de buscar, arriba arriba de la finca vecina no lo va encontrando el pobre Ramón, colgado de un arbol con una puñalada en la espalda!

Los ojos de los presentes casi que se salian de sus cavidades! 

El abuelo continuo- «Aveces se apodera del ser humano una fuerza sobrehumana de venganaza, un orgullo herido y la justificacion de la naturaleza de supervivencia del ego, aunque no valida en nuestro sistema social es lo bastante valido para esos seres que se dejan dominar por sus instintos. Que les quede de lección, nunca podemos controlar a los qu enos rodean pero nos podemos controlar a nosotros mismo. Haganse la pregunta antes de proceder si vale la pena discutir y herir el orgullo de algun hermano, ya que este puede dejarse poseer por la violencia e iniciar el fin de su existencia en este mundo.» 

El silencio reino, el dolor y la sopresa se mezclaban en el corazon de los oyentes. El abuelo a pesar de ser un hombre fornido por el trabajo fisico y de ser percibido como un hombre de temple de acero tenia clara su gran debilidad. Amaba a su familia con todo su ser y el mas sutil acontecimiento ponia su mente a preocparse por sus hijos y nietos. Llevaba dias pensando en como un simple asalto para robar un celular podria terminar como muchas veces en las noticias: con la muerte de la victima. En su mente esa victima podia ser cualquiera de sus muy impulsivos parientes. No podia controlarlos pero podia dejarles lecciones que el habia aprendido.

Y era asi como de una manera my distinta a su usual participación el abuelo llego al corazon de todos los presentes. Todos comprendieron cuanto amor el abuelo les tenia. Y lo amaron de vuelta. 

La cafetera sonó, el agua estaba lista. 

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