La intensidad del deseo por partir rumbo hacia la voluntad del destino se tornó colosal. Trascendió por el hecho de anhelar lo imposible. Él ya no es de este mundo, nunca lo fue. Cuando existía su cuerpo, imaginamos nuestra estadía por estas tierras ligeros de equipaje; Sería una verdadera aventura, de esas en las que el reposo llega donde te sorprende la noche; sin reglas, sin planes. Anhelo recuperar el tiempo que a él se le acabó. Ahora viajo por el mundo en compañía de su alma, mi alma.

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