Cómo hago para viajar hasta la primavera pasada y despedirme de ti, con un tierno abrazo. Tú viaje fue una mañana soleada.
Me encuentro ahogada en un exilio sin salida, que me retiene y no me deja llegar hasta ti.
El día que vuelva a mi patria iré directo a buscarte, se que estarás bajo el árbol de Apamate. Te daré un último adiós a través de tu lápida fría, que lograré calentar con mis lágrimas, que no han dejado de salir desde que la primavera te hizo la acompañaras para ser solos tú y ella.
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