En la terquedad por seguir el camino ya marcado se pierde lo auténtico de los propios pasos.
Pero quien mira y ama desde siempre con sabiduría cerró cada senda.
Con obligación y travesía se marcaron nuevas huellas.
Mi gesto cansado se tornó risueño, emotivo.
Con venturosa sensación agradecí volver a casa.
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