I
Me sacaron a mi bebé de los brazos, rodeándome entre tres, o cuatro, o cinco, forcejeando y diciendo que yo le quise dar una patada, que está en las cámaras filmado. ¡Es mentira! Soy tan normal como ustedes, por qué no puedo tener a mi hijo conmigo, me dieron algo, ese doctor ordenó una inyección sin mi consentimiento, no sabe si tengo alergias, cuando desperté ya Limón no estaba conmigo. A mí qué rayos me importa qué día es hoy, pues yo solo vine a buscar orientación, necesito una comunidad espiritual para estar con Limón. Yo no sé por qué mi madre tiene al niño, por qué la llamaron a ella justamente, ella no sabe nada de mí, hace años que no sé de esa mujer. Usted tiene que ayudarme Videla, usted dice que se encarga de asuntos de niñez en esta dependencia tiene que ayudarme, un hijo no puede estar sin su madre, por qué me hace esto. Ya le dije que yo no le iba a pegar, nunca jamás, no lo iba a hacer, que NO, que no lo iba a matar. Yo no quise dañar a usted este domingo haciéndola venir para que buscara una familia normal para mi Limón. Sí, dígame qué debo hacer para volver a verlo. No, no quiero ir a donde mi madre. Ya le dije yo solo buscaba una comunidad hippie alguien que me brindara un lugar para dos. No tengo más nada, sino mi ropa y la de Limón, aquí en la maleta. Vivo en VillaSol, ahí vendo panes, estoy de viaje con mi hijo, vivo de hacer pan. No no quiero que llame a nadie, quiero a mi hijo. Pero señora, usted dice que estoy esquizofrénica, yo de usted cuidaría las palabras, yo no necesito un diagnóstico. Mire, quiero a mi hijo, dónde está mi bebé, por qué me lo quitaron, ¡Esto está mal, muy mal! No puedo con tanto dolor, no puedo, dígame a dónde voy a quién tengo que ver. No, a mi madre no, ya le he dicho. Si ella lo tiene, yo iré a buscar un abogado que me ayude a recuperarlo. Soy su madre, que no no le puse medias porque no las necesita. ¿No sabe usted que los bebes de menos de doce meses pueden atrofiar sus piececitos con medias o calzado? No soy mala madre por no ponerle medias, yo no he querido matarlo cómo se les ocurre a ustedes. Mire, no sé quién la llamó, le contaré lo que pasó. Le envié un mensaje de texto a una amiga, a Victoria Lunar, preguntándole a dónde podía ir para encontrar paz, una clínica de ayuda psicológica holística, ella me mandó para acá, yo agarré un bus y me vine con el Limón en brazos, como siempre porteando. Somos él y yo solos, los dos juntitos siempre, cuando llegué me dijeron que yo estaba en el psiquiátrico y me preguntaron esas mismas cosas que usted me pregunta, que dónde estoy, la fecha de hoy, dónde vivo. No les dije nada porque no quiero que sepan de mí. Solo buscaba ayuda, unos policías vinieron y me retuvieron los documentos míos y los de Limón, me asomé a la puerta para que todos fueran testigos de la injusticia y allí me quitaron a la fuerza a mi niño. Señora, usted no es más normal que yo, nadie es más normal aquí. Ustedes me han quitado mi única razón, mi único abrazo, el hijo de mi vientre, mi sagrado corazón, cómo es posible que me inyectaran y me hicieran dormir, han atropellado mis derechos. Puede llamarla a ella, a Victoria, puede comprobar que todo es cierto. Que no, que no me muestre esa cámara que yo sé perfectamente lo que pasó, yo no quise matar a mi hijo, no lo quiero hacer, es lo único que tengo. Mire, no es la primera vez que me dan a entender que cargo algo en la cabeza, yo acepto que me lleve donde el psicólogo, un holista, ya he probado con todo tipo de terapias, la sistémica, la química, la conductual. Nada más dígame si eso me sirve de algo para ver a Limón, para abrazarlo de nuevo. Señora, me sacaron a mi bebé de los brazos, rodeándome entre tres, o cuatro, o cinco, forcejeando a mi cuerpo, me pegaron, me inyectaron, no he comido, mi hijo no ha comido, tengo las mamas llenas, me duelen, tengo fiebre, lléveme a darle por lo menos de comer, estoy hinchada, míreme. Que es MENTIRA, yo no lo voy a matar. ¡Soy su madre! Tengo el pecho lleno de leche, no me crea a mí, tóqueme, me duele el alma, me duelen los pezones al salirse la leche de Limón. ¡Lléveme señora, yo voy al psicólogo pero no me lo quiten por favor! Lo quiero de vuelta. No señora, esto no se quedará así. Usted puede ser muy funcionaria y hacer llamadas a mamá, papá, decentes y familias para mi hijo. Usted puede dárselo a mi madre, pero le voy a hacer saber al mundo entero la injusticia que están cometiendo. Yo no quiero que me muestre la cámara, no insista. Sé muy bien cómo movilizar a las personas, cómo llamar a la prensa, tengo amigos por todo este país que me pueden ayudar. Mire, yo no soy normal, como usted quisiera, pero seguro que somos muchos los limones que andamos por allí dejando semillas, calmando la sed. Porque yo voy a decirle a todos esta violencia, esta marginación que me hacen. Porque yo podría ser una persona con capacidades diferentes a la que le quitan su hijo de una manera infame. Ustedes están actuando contra la ley. ¡Me discriminan! Yo no sé por qué protección de infancia no me permite proteger a mi hijo. Limón es todo lo que tengo. No señora, mejor me voy de aquí, conseguiré un abogado aunque no tenga cómo pagarle. Mi vestido está lleno de leche, ya le tocaba la hora de comer a Limón. ¡Usted lo está matando de hambre! Seguro mi madre le está dando de esas leches artificiales que se inventaron para dañarnos el estómago. Usted no sabe nada de Limón, ni de mí, ni de nada. Me voy de aquí a buscar a mi hijo, me voy a hacer una movilización artística, tengo muchos amigos allá en el campo. ¡Esta ciudad es una mierda! Yo no sé a qué horas vine a parar aquí, en mal momento pensé que podrían ustedes ayudarme a tener paz. No lo sé señora, no sé qué día es hoy, si viernes, o si jueves. No me pregunte más, deme mis documentos, yo me marcho, voy por un abogado ya no quiero seguir hablando con usted. La leche me duele.
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Soy ahora, he sido tantas cosas, fui muchas cosas. ¿Soy distinta? Limón no está conmigo ¿A quién/es soy parecida? Mi hijo no está, mi pecho duele. El bus brinca y me duele, soy la mamá de Limón ¿Quién le pone el nombre de una fruta a su hijo? Mi nombre es Aura Limongi, pero soy Limona, he sido tantas cosas, tengo rabia y al mismo tiempo hambre. Me duele el alma y algo dentro de mí estalló. Mamá no sabe con quién se ha metido, no sabe que ya no soy la misma muchacha que hace cinco años no está con ella.
10 p.m. Página de inicio de La Red Social, una foto, una mujer embarazada:
«¡Se embarazan por un plan!» «¿¡Cómo puede ser que esté tirada con esa panza pidiendo?!», «¡Es una nena! ¡No tiene más de 16 años!», «¡Dicen que se embarazó soltera!», «¡Seguro que pide para drogarse! ¡Pobre criatura, seguro ya nace adicto!»
Se llama María, el que dice que es el padre del chico está trabajando en negro en una carpintería porque casi no tienen para comer y, encima, tienen que viajar a censarse.
Por eso la deja sola y ella, para ayudar, pide.
En realidad, el que dice que es el padre del chico no es el padre, pero le encanta ella y la quiere. Además, ella le hizo un cuento medio raro de como se había embarazado, él no le creía, pero no importaba, quería cuidarla. Tienen que ir al pueblo de él a censarse según la ley, así que van… Cuando llegan ahí no los dejan alojarse en la posada, «no hay lugar para ellos»… ¡Claro! Cómo va a haber lugar para ellos si van a ser un número más del censo, no viven ahí y, encima, van a hacer que Belén pague más impuestos por su culpa.
Al salir de la posada una mujer se da cuenta que María está por parir y, sin que nadie se entere, le dice que hay lugar en el establo que está al lado y que hay un pesebre con paja recién cambiada para los animales. Y ahí van María y José, a recibir al hijo que viene, que José ya sabe que es varón porque lo soñó, y también soñó que le tenía que poner Yeshua de nombre, y le gustó… así que Jesús le iba a poner.
Somos limones, Limongi es solo otra máscara. El limón crece espinoso, se alza, en poco tiempo arroja sus frutos, muy jovencito enfrenta la vida de nuevo, entrega su sabor agridulce, su jugo vital al mundo. El Limón es un viejo amigo del suelo, agradecido con la luz. El Limón juega con el barro, el limón entra en el sumo de la torta que cocino cerca del río, el limón con agua refresca, el limón parece inofensivo pero las espinas están también en el sabor, parece pequeño pero suelta el chorro y con la sal agua la boca, suelta el chorro y refresca el cuerpo, cura, limpia las habitaciones, el limón huele verde, porque maduro se entrega ya a la muerte, siempre verde de sol de mañana y de pájaros, las hojas también verdes, parecen normales, como las personas. No sé, si soy normal pero no soy diferente he sido muchas cosas, inicio/perfil/ perfil/inicio.
Me hace falta el cuerpo de Limón contra el mío, tengo frío, la fiebre me ha empezado a calar en los huesos, debo tener la fuerza para hablar con alguien, al llegar le diré al Pájaro que todo lo ve de mil colores que me ayude con su computadora para poder poner este aviso en internet. Si no fuera por él y el Café donde me acomodó una cama, sino fuera por todos los amorosos que mi hijo y yo encontramos allí, esta ciudad nos tragaba a los dos hace rato. Limón y yo somos uno, no entiendo como un país que protege a los niños me lo saca de los pechos. Mi madre está con él, no puedo perder más tiempo, debo conseguir a los abogados. El Pájaro de mil colores en los ojos me dirá cómo, yo vine a esta ciudad de la ventana, a esta errática ciudad buscando otro trabajo, lo tengo todo en mi casa del VillaSol, el pan diario, el río. El Limón creciendo lo tenía, me lo quitaron. Ahora estoy sola, mi casa está abandonada, nada más vine a probar. Soy Limona, árbol que no da sombra, transparente, mi Limón también es transparente, esta ciudad podrida en sus lodazales, en sus cloacas, tenía que parar en ese lugar, tenían que llenarme el cuerpo de químicos, ni la fiebre sede, la ciudad pasa por la ventana, el bus tiembla, los basureros se apilan fuera de la ventana, es de noche, siempre, no hay Sol no hay Villa, no hay Limón. Estoy sola otra vez, como al principio de los tiempos, nunca he querido matarlo, nunca, no sé dónde quedé embarazada si en ese campamento donde aparecí borracha y sangrada y al lado mío estaba él, Grillo de madrugada, supongo yo el papá de Limón. Pero no tengo la certeza, si recordara por lo menos podría ir a buscarlo y pedirle que reclame a Limón, pero qué grillos cantores van a querer engancharse con un Limón y una Limona que no dan sombra. He sido tantas cosas, mi madre estará feliz, me ha ganado, me está haciendo sufrir, me quitó a Limón, ahora soy la sombra, la de él que no lo alcanza la de ella que me llega hasta acá con esta fiebre. En estas sillas plásticas llenas de gente miro la ropita pequeña de Limón dentro de mi maleta, me cercioro de que no nos falte algo. El Pájaro caleidoscópico sabrá qué hacer, me acompaña siempre. Este hombre al lado, me está mirando el pecho, el vestido está manchado de leche. Este hombre me va a hacer algo, me mira como queriendo hacer algo, no puedo dormirme ahora, debo llegar al nido. El Pájaro de la noche me espera, cómo hago para no dormirme, el cuerpo me hierve, los senos están duros, la fiebre alcanza todo el bus y la ciudad se enciende. El tipo a mi lado se enciende, me quiere abrazar, lo veo grande sobre mi cuerpo, mis manos están grandes, todo es llamas en esta ciudad. El conductor me nombra la última parada, me avisa que ya es hora de bajarme, me levanto y soy otra, la fuerza de lo que quema me ha despertado y ha puesto los pies en la tierra, camino hacia la calle del Pájaro que me hospeda.¡Soy tantas! He sido tantas siempre. ahora soy una luz encendida en esta noche, el viento toca mi cuerpo, arde la noche, mi pecho duele hasta el fondo, me hace falta mi Limón. Soy una Limona que se quema, madera encendida que deja el rastro de la ceniza en el camino, para cuando el Limón vuelva, no me pierda. Duele la Leche, está ahora hervida, efervescente, rebosante afuera de mí. Soy Limona, tengo mi casa en VillaSol, pago 800 pesos mensuales los saco de hacer el pan, las tortas de limón. Tengo un limonero en mi casa, una cocina, un horno. Tengo un hijo Limón, León Limongi dice el registro, es un Limón de León, un corazón de Limón como el mío, somos él y yo. Antes éramos tres. El perro ha muerto, lo encontré muerto luego de un viaje, él nos esperaba, estaba solo esos días, cuando llegué lo vi sangrante sobre el piso, comió algo envenenado. Ahora soy Limona, mi hijo es Limón y voy a buscarlo, voy a recuperarlo para mi abrazo, para mi vida, para seguir, a pesar de este incendio.
Me veo desde afuera entrando a la casa del Pájaro, él está tocando la guitarra, me pregunta por Limón y lloro, no sé qué más hacer ahora sino llorar, mi cuerpo llora leche hirviente. Tengo el amor enfermo de una madre sin su hijo, no puedo hablar, no me preguntes Pájaro déjame llorar aquí entre crisoles. Tengo miedo y estoy sola. Ahora soy Limona, sin Limón. He sido tantas cosas. Lloro, la leche duele desde adentro, las llamas se apagan con los paños de agua que el Pájaro pone sobre mi cabeza, no me des más pastillas, ya metieron veneno en mi cuerpo, no es necesario. Miro el teléfono, es de noche, mañana posteo en la red, voy a armarles un escándalo, debo buscar un abogado. Me discriminan por Limona, lloro y el sueño llora conmigo, duermo llorando. La leche se derrama toda hacia adentro, tengo dos piedras por mamas. ¡Estoy enferma! Las madres normales tienen piedras cuando la leche se seca, la fiebre seca la leche. Pájaro vigila el sueño. Pájaro apaga la luz. Soy una madre normal, con un dolor normal. No me preguntes por mi Limón, no puedo hablar, déjame aquí dormir este llanto. Ahora soy una estatua de piedra, mi cuerpo está todo bañado de leche pétrea, un dolor de piedra en el pecho, unos huesos calcinados de piedra. Soy Limona, sin Limón, estoy sola, no me preguntes ahora quién soy, qué día es hoy, cómo llegué aquí, dónde me hospedo. Pájaro abrázame con el agua, déjame llorar, no sé qué más hacer. Duermo este sueño febril, estoy lejos de casa. Limón está lejos. Soy Limona. Estoy Enferma.
SINOPSIS
Aura Limongi, Limona, es una joven a quien la oficina de protección de niñez le quita su bebé de 7 meses. Después de perder a Limón, Limona se propone recuperarlo, enfrenta a las instituciones, a su familia, a un mundo que la estigmatiza a pesar de que ella lucha por identificarse, a pesar de los demás. También encuentra muchas personas que la ayudan, amigos que la reciben en la ciudad y en el lugar que escogió para vivir con su hijo VillaSol, un pueblo donde se dedica a hornear panes. Convoca a una manifestación artística para reclamar a su hijo, el punto de encuentro en la ciudad es el Café del Pájaro donde se hospeda. Limona lidia con la separación, la impotencia y la acusación de familiares y funcionarios sobre sus capacidades. Su madre la acusa de ladrona y la hace ir a la cárcel, su caso es expuesto en la prensa bajo un engaño y promesa de ayuda que termina por desprestigiarla y dañarle la convocatoria de la marcha. Limona cae en una desesperación por tener a su hijo y se lo roba. Su relato nos muestra paralelamente los recuerdos de Limona de la relación con su madre. Una comunidad new age la acoge en una aldea de la que hace parte su amigo el Pájaro, quien la acompaña desde el comienzo para recuperar a su hijo. Allí se sabe contenida y en paz, pero su madre la encuentra y tiene que enfrentarse en juicio contra protección infantil después de un año de abierto el expediente y de estar de nuevo con su hijo. La única salida que tiene es la conciliación con su madre, vuelve a la casa familiar, se enfrenta a sí misma, a sus temores, demonios, dudas y certezas.
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