Estar destruido de tantas formas distintas, hablarte como si de la última vez que te vi se tratara.

Curiosa forma de sufrimiento que fue quererte, porque la intensidad que entre nosotras existía, rebalsaba a través de las ventanas.

Me asusta pensar en perderte, porque si te pierdo, de algún modo acabaré por perderme a mi misma.

He de vivir mi vida lejos de ti, preguntándome qué podría haber sido de nosotras.

Noches imaginando un mundo nuevo entre todo el caos generado, caos del que nacimos juntas, caos dentro del que nos enamoramos.

Oh pequeña mía, por un momento siento que la vida es tan bonita que parece de verdad.

Se que llegará el día en el que de tí deba despedirme, lo sufro desde hoy mismo, lo he sufrido desde siempre.

Espero pronto eliminar este sabor a agua salada que en mi boca yace.

Ahora siento una gran sed de amor nuevo, amor tan intenso como el viejo, pero más maduro por mi parte.

Que he abandonado ya a esa niña que dentro de mi habitaba, esa niña al fin entiende porque separamos nuestros caminos y te recuerda llena de cariño.

Porque eres extraordinaria e inolvidable

y hoy mirando desde mi ventanita, te pienso siempre.

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