El sillón rojo

Algunos cuentos no son populares.
Tal vez porque todavía no han recorrido suficiente camino.

Acompaño a mi hija todos los domingos al Hogar de Ancianos, aunque no tengamos a un familiar allí.

Hace meses, cuando decidí llevarle a los abuelos mi obra de títeres, conoció a Isabel. Una anciana de figura agraciada y sonrisa gentil, que vive en el Hogar desde hace quince años. Y si, quizás tanto tiempo fue su condena. Resultó que ya nadie iba a verla. 
Clara, encantada con Isabel, ese día le prometió que iba a ir cada domingo y me ocupo de que lo pueda cumplir.

A Isabel le gusta contar cuentos, ¡pero hace años que no quiere leer! Por eso cuando nos encontramos disfrutamos de sus nuevas obras, todas inspiradas en el que ahora es su hogar.

Hemos llegado. Isabel nos espera con una fotografía en la mano y nos anuncia el título del “cuento” que nos va a relatar: “El sillón rojo”.