No fue un sueño.

No
fue un sueño.

Génesis
amaneció una mañana con el cabello rapado en una habitación
extraña, un agudo dolor de cabeza y su brazo herido. Sin entender
cómo había llegado ahí, ni como se había lastimado, miró las
cuatro paredes que la rodeaban. El lugar era iluminado por una
pequeña luz, las paredes eran viejas.

Tenia
unos curiosos y borrosos flashbacks en los que veía destellos de lo
que vivió, pero sin entender completamente nada, buscaba su ropa
pero en cambio sólo divisó un pantalón y una campera de cuero
negro, sabía en el fondo de su corazón que ese no era su estilo.

Se
puso esa ropa, un espejo sucio alcanzó a devolverle una imagen de si
misma tan distinta a quien había sido en ese día de desmayo e
inconsciencia, delgada, rapada y con la mirada endurecida.

Sintió
hambre pero no le importó, sólo sabía que tenia que escapar de ese
lugar lo antes posible, ya que no sabia como había llegado por lo
menos tenia que saber cómo escapar. La cama deshecha, las paredes
oscuras, ¿habría más chicas como ella en esa casona abandonada?

Pese
a tener el estómago vacío, sintió un repentino brote de energía,
era su instinto de supervivencia el que la impulsaba a correr rápido
de ese lugar. Comenzó a abrir puertas, era como un laberinto.