Prologo:

A veces la vida no suele ser como nosotros deseamos, a veces es como nos tocó vivirla, a leguas de todo, atados a condiciones a las que no quisiéramos estar apegados viviendo algo de lo que no somos parte, algo que nos hace sentir ausentes en este mundo, incomodos por nuestra existencia. Mis letras expresadas en este libro son una obra propia, un poco perdida entre los sentimientos e ideas intimas, que quiero compartir contigo; dicho esto debe estar siempre presente en ustedes mientras gravan cada una de estas palabras en su mente, que fue escrito por una persona que quiere huir de sentirse como antes ha sido mencionado, trata de ser parte de una linda metáfora y olvida por un momento lo literal, -vamos disfruta un poco de imaginar y soñar- disfruta de esta novela escrita por un hombre tan perdido en sus sueños e imaginación como en la vida.

Froman, quien lo ha perdido todo aquelloque le daba felicidad, desafortunadamente, Todo aquello Que lorodeaba, su familia, sus amigos, su pueblo. Fue un obstáculo para un monstruo, el cual su único deseo eradestruir cualquier sueño que se interpusiese en su camino.

Froman, tan solo un niño, tuvo que cargar con el cruel peso que dejó caer el odio sobre él, al arrebatarle todo, dejándolo sólo a su suertepor el mundo, que para él era desconocido y maldito, para sostener «su vida» que se volvió tan desdichada y pobre. Además de solitaria, dolorosa y triste.

Froman descubrirá al abrirse paso hacia este mundo de muerte sangre y desgracias, de las cuales se enredara de telarañas que lo perseguirán durante su camino en busca de su venganza. Aunque beneficiara a todo aquel que quiere una vida libre de esclavismo, libre de poder ver la luz de un nuevo día y presenciar los colores de una vida sin dolor.

Esta historia no empezara feliz ni mucho menos terminara con las cálidas palabras de serán felices por siempre, tampoco será como caminar en línea recta o ver el cielo de color azul.

Esto me recuerda que en esta época la lectura está perdiendo efecto en aquellas personas, si, dirigiéndome en general, el sentido de la lectura ya no es lo mismo, ahora se lee por moda o por simple compromiso, sin saber que la lectura puede ser mucho más que eso. Siendo tan joven me adentro a este mundo del escritor, siendo este mi primer esfuerzo para poder gatear; antes de ser escritor fui un lector, bueno aun lo sigo siendo, esta novela en especial es inspirada de lo que he leído en otros libros como lo son Stephen King, que me ilumino con muchas de sus ideas espontaneas y su suspenso que permanece aún hasta el final, también J.R.R. Tolkien con sus novelas sobre aquellos pequeños hombrecillos que se adentran en una gran aventura.( sinceramente Stephen King y yo tenemos un apego hacia los libros de este escritor y cuando digo libros es refiriéndome a su obra El Señor De Los Anillos). Siendo este una de mis primeras obras a los 17 años, aún sin saber qué esperar de lo que encontraras, yo estoy satisfecho de haber terminado mi novela, espero y tu termines al igual satisfecho con lo que leerás. Espero no terminar haciendo una copia barata del Hobbit o algo parecido, ya que sería una decepción para ti, porque no pienso meter hombrecillos ni anillos, esto es algo propio de un joven, entiende que a esta edad lo único que deseamos es llegar tan lejos como lo sea posible. Además debo resguardar un poco de orgullo para tomarme la libertar de decir que es completamente mía esta novela titulada el Carmesí tal como el color que en su presencia se nota tan tibio y arrogante; en lo personal al ver este color siempre me nace el deseo de verlo coagulado, cambiar de tan tibió a frio y denso.

Otra cosa que me gustaría agregar es la historia de esta novela y como se desarrolla a lo largo de los años, la madures que se necesita para escribir un libro digno de leer. Año tras año las palabras toman nuevos sentidos, esto es a causa de que encontramos el significado verdadero de lo que estamos diciendo o de lo que escribimos. Esta madures es un tanto complicada de obtener pero no imposible, no quiere decir que yo ya tenga suficiente de esta madures y la verdad es que mientras escribo esto mi madures crese silaba a silaba.

Primer capitulo

«Sueño pesado»

Tal vez sea mi mente la que me hace sentir en mi interior, el ardor de la venganza, quemando mi interior, casi como si fuera el aire que respiro, que difumina mis pensamientos impulsándome a gritar por las noches, perdiendo el sueño y mi cordura. Haciéndome el favor de empujarme al precipicio de los recuerdos al que lamentablemente suelo caer, como una eterna caída hacia un nada y un todo, lleno de dolor y angustia.

Esta noche fue similar a la anterior, la que estuvo cerca de concluir, pero mi sueño lo hizo con anticipación, recostado con la mirada al cielo, que es obstruida por el techo, un techo improvisado por hojas secas de algúnárbol o planta, el mal sabor de boca y el olor a vinoinundan mi oxígeno, la espesura del aire con tenue facha de tufo, es casi molesto, pero las náuseas me inundan las fosas nasales y es casi imposible sentir el aire de un momento a otro.

Me arrodille en el suelo, postrando mis manos sobre él, las contracciones en mi estómago me hicieron expulsar todo lo que había comido, una bocanada de vomitosalpico todo el suelo y mi rostro. Casi al instante pudeescuchar que al exterior de mi refugio improvisado una lluvia se desataba, al observar la salida, la luz tocaba mis ojos, la luz del sol saliente, acompañado de un olor a hojas secas húmedas, que era algo así como un otoño humedecido. Se me hizo tan agradable ese sereno, que me puse de pie, con la boca y la nariz salpicando fluidos, escupiendo hacia mi izquierda el vómito que restaba en mi garganta, me pare en la salida y me desate la cuerda que sostenía mis pantalones hechos de piel de animales, para así deshacerme del resto de mis prendas y darme un baño bajo la lluvia. Una vez aseado deje caer mi trasero desnudo y mojado sobre una roca que se encontraba bajo el refugio y me dispuse a pulir el filo de mi espada. La coloque en mis piernas y con una roca roce el metal una y otra vez, aquel roce entre la roca y el metal eran una melodía de recuerdos, era como regresar hace 13 inviernos atrás: en aquel entonces aún era un niño vivía en un pueblo acentuado hacia el norte, después de la frontera de rocas que separaba las tierras sagradas con las del norte, nuestro pequeño pueblo era llamado Clavos de Hierro, título que era digno de un pueblo de herreros.

Éramos famosos por proveer a los reinos de tierras sagradas y pueblos vecinos, de armas y objetos que solicitasen trabajos de herrería, era nuestro móvil económico, además de la minería, eso nos facilitaba proveernos de metales para la creación de objetos. En pocas palabras éramos maestros en el arte del metal.

Mi padre era parte de la congregación de los pueblos que tenían tratados con los reinos de las tierras sagradas, para proveer de minerales, comida y textiles, eran mayormente tratados de comercio. El representaba clavos de hierro junto a mi madre Alexandria Isemrac que me dieron la bienvenida a este mundo en estas tierras, desde mi nacimiento mi padre Nuftock Isemrac nos había traído a estas tierras para poder asentarnos, aun desconozco las razones y de donde veníamos, aún era un misterio gracias al acontecimiento que les arrebato la vida. Mi madre solía decir que el destino era algo de lo que éramos parte y que teníamos el poder de utilizarlo a nuestro favor, ella creía en la vida y era muy apegada a sus creencias las cuales compartía con mi padre. Realmente no puedo recordar mucho de los tiempos en que éramos una familia, desde lo acontecido, solo me quedo el recuerdo de las tardes cuando solíamos bajar al rio a tomar un baño, mientras mi madre buscaba champiñones para la cena y mi papa pescaba, los observaba hacer lo suyo mientras chapoteaba el agua, con la inocencia que un niño feliz suele tener en sus acciones. Aquello que opaca mis recuerdos felices fue desde el momento en que me los arrebataron. Esa noche un monstruo con aspecto maldito, despiadado y oscuro; les arranco la cabeza de atajos mientras me ocultaba en un sótano lleno de guarniciones en el que mis padres me ocultaron al percatarse del peligro eminente, vi sus cuerpos temblar mientras sus cabezas rodaban en el lodo humedecido por su propia sangre. Al mismo tiempo su sonrisa frustrada emanaba del rostro de aquel ser, oculto en las sombras, mi pueblo caía en cenizas ante su presencia, el monstruo, el ser inhumano que destruyo mi mundo, el mundo que vi caer y desvanecerse en la nada, desde una pequeña abertura que dejaba entrar la luz junto con la última mirada de los ojos de mi madre que permanecían en su cabeza mutilada.

El llanto que sostenía en mi pecho fue frustrado por la impotencia de no saber qué era lo que sucedía, si era un sueño o una pesadilla, pensaba en que fuese algo fuera de mi realidad pero, no lo fue…la realidad fue la que vi esa noche desde aquel sótano.

La mañana siguiente fue como si jamás hubiese llegado, mis ojos estaban ardidos y cansados por el humo que entro por las aberturas del sótano, mi mente estaba perdida en lo que mis oídos escucharon y lo que mis ojos rojos vieron, un recuerdo infinito se repetía en mi mente, el olor de la madera y la piel chamuscada, los gritos de mujeres siendo abusadas detrás de las paredes, arrebatándoles a cada ser vivo su libertad hasta dejarlos sin vida, estaba atrapado en el momento en el que la sangre empezó a fluir por todas partes.

Lo que antes solía tener un olory una calidez de un hogar se convirtieron en las ruinas de un cementerio de recuerdos. Después de haber pasado dos días oculto dentro del sótano ya no esperaba salir siquiera, era lo suficiente consiente para saber que afuera no había nada para mí, estaba solo en un mundo que no conocía, en un mundo silvestre,del cual solo sería el punto medio de una cadena mórfica. Aun así no tuve que esforzarme para que un depredador me atacara en la tercera noche, me encontraba casi dormido, con los ojos entrecerrados con hambre y sed que me provocaban un dolor de cabeza que me tenía aturdido, logre escuchar una carreta que era acompañada con un tono de cadenas resonando como campanillas parlanchinas que entonaban por si solas, y casi al instante pude sentir una mordida cuando arrancaron la puerta del sótano, me sentía la presa esperando el juicio de muerte. Con las pocas fuerzas que me quedaban di un salto fuera, escapando de las garras del depredador, con terror en mi cuerpo sofocando mi irracionalidad, empecé a correr mientras los escalofríos se escurrían por mi nuca hasta llegar a la parte baja de la espalda donde se disipaba a mis piernas que se movían con desesperación hacia ni un lado, solo corrí y corrí hasta que mire hacia tras, mire la realidad de la que era parte, del único camino que me quedaba. Eran al menos diez u once presas cautivas, con cadenas hasta por los dientes, cansados, sucios y hambrientos, condenados a las ataduras que los privaban de su libertad. Por un instante casi eterno no pude moverme, solo era capaz de respirar y ver como un grupo de depredadores corrían hacia mí armando alboroto, fue tarde para mi tratar de correr otra vez, al ponerme de espaldas un azote me neutralizo y me hizo caer en el suelo.

Ahora, recuerdo que semanas atrás mis padres tuvieron una conversación que se suponía que no debía escuchar, se encontraban preocupados por un asunto el cual no pronunciaron, divagaron sobre el peligro que había cerca y que su pasado los he de seguir a donde fueran, mi padre con la garganta echa nudos y la mirada fija a los ojos de mi madre dijo con vos ausente-la bruja oscura-. Mi madre tartamudeando con lágrimas en los ojos, fue incapaz de pronunciar una palabra bien. –La bruja oscura, Alexandra, sabíamos que este momento llegaría, lo sabíamos- mi madre asintió y detuvo sus lágrimas, aunque el nudo pareciese que se hizo más sofocante.

-Pero Nuftock, el niño aún no tiene edad, se suponía que llegar aquí nos tendría a salvo- un silencio inundo el lugar, seguido a esto se abrazaron y entonaron un llanto juntos, entre lágrimas se susurraban cosas alentándose mutuamente. Aun sin darse cuenta que yo no me encontraba durmiendo, -Nuftock tenemos que hacer algo, hay que alzar el llamado- dijo mi madre con desesperación, mi padre se negaba a lo que fuese que mi mama le pidió pero ella insistió en que tenían que pedir ayuda. –Alexandra, no podemos y lo sabes bien, ese fue el principal motivo por el cual se disolvió, tenemos que enfrentarlo solos- mi madre asintió con frustración, pero las esperanzas por conseguir ayuda persistían, -que hay de Goulas, ¿aún es tu amigo?-, sostuvieron la mirada fija el uno al otro y después se pusieron de pie. –pero sabes que tendría que pagar el favor, sabes cuales son las consecuencias-, con vos decidida respondió-si lo sé pero es mejor, a que caiga en manos de ella, solo tenemos que asegurar que nuestros amigos cumplan con lo prometido años atrás, en algún tiempo nos unimos por paz, y nuestros actos nos persiguieron hasta hoy, solo nos queda proteger a los nuestros-, mi padre saco de entre pieles un cofre echo de metal, se lo entrego a mi madre, -te apoyo Alexandria-, casi al instante, una vos ajena se escuchó, al parecer era Sabel una de las esposas de un gran amigo de mi padreque lo llamaba por razones que desconozco, de ahí no pude obtener más, me quede dormido como lo estoy ahora.

El zarandeo por la carreta es agobiante como el dolor de cabeza, sacudo las moscas que están postradas en las manchas de sangre que escurren por mi cuello, aturdido y confundido observo mi alrededor, me percato de que estoy en el interior de una jaula con grilletes en los pies, a mis espaldas una fila de personas siguiendo el paso de la carreta, trastabillando y tropezando con sus propias cadenas, babeando de sed, esculpiendo la forma de un ser que ha sido muy maltratado. De pronto un hombre de aspecto raro se acercó a mi jaula para quedarse observándome, por desgracia le llamo la atención un collar de oro que colgaba con un símbolo extraño que mi mama me había dado unos días atrás, el sujeto dijo una serie de palabras o simples balbuceas que no pude comprender ni siquiera un poco, su compañeroquien dirigía la carreta detuvo el movimiento y respondió al llamado con un grito, seguido a esto, bajó del asiento del conductor y se acercó para observarme, con cara de rareza y desconcierto dijo.-te llevaremos a las minas, los de tu calaña deberían sufrir hasta morir, padecer como lo hemos hecho muchos de nosotros, gracias a ustedes, ¡pedazo de mierda!- escupió en mi cara con brusquedad y se rio a carcajadas mientras regresaba a su lugar. No recordaba haberle hecho tanto mal a alguien como para odiarme así, y a que se refería con –los de tu calaña-, observando el collar detenida mente note que habíaescrituras extrañas y un símbolo que resaltaba del centro. Al parecer era algo conocido por estas personas, -¿qué significado tendría?- no lo había visto antes de que fuese entregado a mí, por mi madre,-¿y por qué mis padres tenían conexión con esto?-, no podía entender lo que sucedía, era extraño pensar en ellos y saber que yo no existen más, que estoy solo de camino a un lugar que desconozco. Pase 4 días metido en una jaula hasta que nos detuvimos en un mercado con muy mala fachada, a metros se sentía el olor a podredumbre y durante el tramo pude ver cuerpos amontonados de esclavos, parecían un montón de eses de vaca con grilletes y cadenas entre lazados. Los comerciantes regateaban entre sí con los esclavos y hacían trueques por comida o artículos con descripción desconocida. Mis costillas resaltaban como marcas en el fango, mi estómago se contrajo como una manzana vieja y zocata, me mangonearon como a un saco de huesos hasta el mostrador, a juzgar por mí estado me encontraba en venta. Como mercancía nueva los interesados se acercaban a vernos y a tocarnos, preguntaban por la calidad de sus productos, y uno a uno fueron despedidos, cada pobre hombre para ser esclavos u sujeto de tortora a poder un lord con el capital suficiente que cubriera su deuda.

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