Dos mujeres viven en dos mundos, bloques de concreto la acorralan, una aguja diminuta perfora la primera capa de piel del vientre es hora de tomar la presión. Viento puro y agresivo agitan las hojas de los arboles, el canto del gallo despertó a la segunda mujer, es hora de alimentar a los animales del corral.

Etiquetas: poema poesía

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