Era ella, La pequeña Dafne…Quien nunca imagino que en un día cualquiera le llegará el beso de la libertad, pues estaba tan sumida en la rutina del trabajo, de sus desamores, de sus demonios y sus miedos, esos que agobiaban sus días y sus noches, días y noches en los que nunca tenia tiempo siquiera de imaginar el sabor de un beso de libertad, un beso de verdadera libertad, pues había optado por refugiarse en el mundo real…Si, ese mundo moderno, lleno de prisa y de clichés, donde la sociedad nos dicta como vivir, que comer y a la vez nos crea estereotipos de como vernos, ser y pensar.
Dafne estaba tan acostumbrada al dolor, a la rutina y al engaño que no creyó que de repente existiera uno de esos besos para ella, un beso de esos que con solo saborearlo con el pensamiento te devuelve la esperanza, esa esperanza que reposa dormida en algún desván del olvido, mientras la vida pasa apresuradamente; estaba tan resignada al mundo banal y superficial, que el verdadero amor para ella era la libertad de ser y vivir tal y como era ella, sin máscaras, sin engaños, sin condiciones y sin ataduras, ese beso de libertad era un sueño muy preciado, pero a la vez muy lejano en medio de tanta realidad…
El beso de la libertad no solo era una persona, un estado, un deseo o una cosa, mas bien era una mezcla de identidad, pasión, magia y complicidad y solo sería verdadero cuando de verdad apareciera representado en forma de amor sincero y desinteresado; cuando Dafne de verdad sintiera unos labios que tuvieran la formula química correcta para producir el beso de la libertad, entonces ese sería el día en que ella renacería nuevamente como mujer, pues ese beso era el que tanto añoraba.
Pero en medio de tanta realidad, ese preciado sueño de repente se materializo y el día menos pensado sucedió y entonces llego él, Dante, de la nada, sin saber de dónde o porque y al inicio ese beso de libertad se sintió como aquel primer beso de amor, en el que se quiere, pero a la vez se teme y entonces mente y cuerpo no logran armonizar…
Pero finalmente se dio y entonces la formula química del beso de libertad que tanto había esperado, dio resultados y para Dafne ese coctel de emociones y miedos mezclados representaba el verdadero beso de libertad, porque el amor para ella era eso, libertad y solo sentiría la verdadera magia de la libertad a través de ese ser que le dio verdadero amor…
Desde ese entonces Dafne y Dante vuelan juntos con sus alas mágicas de libertad, amor, aceptación y comprensión; cada uno con sus virtudes y defectos, cada uno con sus sueños y sus miedos, pero ambos con una meta en común, vivir, amar y crecer juntos, no en riqueza material, sino en riqueza espiritual, han decidió transitar el camino del conocimiento y no solo explorar el de la inteligencia.
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