FUEGOS ARTIFICIALES.

FUEGOS ARTIFICIALES.

    Casi treinta años después , vuelvo a sentir mis manos frías y temblorosas. Vuelvo a sentir esa respiración entrecortada como si hubiese corrido una media maratón. Vuelvo a sentir esos bostezos recurrentes sin tener hambre ni sueño. Todos esos signos presentes ahora, me ocurrieron esa noche feliz y confusa, cuando tuve la plena certeza de que en mi primera cita contigo, nos daríamos el primer beso.  La noche era esplendida, soplaba una brisa tibia, olorosa a nardos y tulipanes, y en el parque pobremente alumbrado, algunos niños jugaban rayuela y unas ancianas cantaban una hermosa y vieja canción. Tenía aproximadamente una hora de estar esperando, cuando tu figura – lo cierto es que me pareció etérea como si gravitara – la vi llegar despaciosamente y no se si fue una apreciación por el estado en que me encontraba, pero cuando entraste al parque, este lentamente, se fue llenado con una luz esplendorosa, como si explotaran fuegos artificiales.

     Al darme tu mano, sentí que la mía no estaba helada, mi respiración era normal y no sudaba a chorros como unos minutos antes. Y pensé : «el amor es extraño, produce efectos raros en las personas, pero los cura también». La verdad es que de esa hora que pasamos juntos, solo me quedaron algunos recuerdos de esos momentos, como si la impresión de estar contigo, me hubiese producido una pequeña amnesia temporal. Hablamos mucho, recuerdo…  de nuestro colegio, de anécdotas, de nuestras familias. Caminamos un poco por el parque, que ya había vuelto a su normalidad para mí, es decir, estaba en penumbras. Nos sentamos en la banca y allí bajo la luz de una luna coqueta juntamos nuestros labios. Me sentí como teletransportado sintiendo ese aliento tibio de tu boca y oyendo una música de fondo que no sabía de donde salía. No se cuanto demoraron nuestros labios inexpertos para separarse, cuando unas gotas de lluvia nos trajeron a la realidad. Cada uno salió corriendo para su casa  sin antes jurarnos amor para toda la vida.

   El noviazgo duró unos cuantos años. Nuestro país empezó a sufrir una crisis económica muy grande y mi familia como la de ella se tuvo que marchar hacia países desconocidos. Eran los tiempos cuando no había internet ni televisión a color, ni mucho menos teléfonos celulares. El tiempo se encargó de minimizar el dolor y poco a poco empecé a meterme en una rutina de sobreviviente . Terminé los estudios secundarios y se me dio por estudiar contaduría. Tenía noviazgos, pero nunca se me dio por casarme. Hasta que una tarde llegó un amigo de un país lejano trayéndome una foto a blanco y negro de una mujer madura que le había dicho que ella me conocía. La reparé bien, hasta que unas lágrimas me convencieron de que era ella. Ahora estoy con mis síntomas, benditos síntomas, porque estoy a punto de encontrarme con ella y estoy seguro que la volveré a besar como la primera vez. Estoy sudando a chorros y ella nunca se casó.  FIN.

       

      

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS