Estoy en un bote, desolado y triste

en mar abierto

pensando en lo que me rodea, 

la tiniebla y la nada,

me pregunto, ¿existe la «nada»?

o solo es un concepto

para medir la tristeza de la soledad

La soledad es la peor enfermedad,

porque es una enfermedad,

creo así que es peor que el tumor,

porque un tumor, te daña,

pero la soledad, te mata.

Estando en ese bote, mire una luz,

y eras tú,

alumbrando con una linterna desvastada

a punto de apagarse,

al mirarte, con esa impaciencia

y la desesperación que te caracteriza

gritando mi nombre

en repetidas ocasiones

desgarrando tu tierna

y dulce voz,

esperándome para ser feliz,

y solamente te miré, y me fui

fue tan sencillo, voltear e irme

Encontré una isla,

una isla sin ti,

donde no tuvieras nada que ver conmigo,

ni yo contigo.

Casualmente me alegre de no estar junto a ti,

se me hizo extraño,

el estar solo.

Pasaron meses y años,

y no estabas aquí,

y fueron mis peores años

porque estaba sin ti.

Vi un barco a lo lejos,

y me extrañe,

porque solo éramos, yo, soledad y nadie más,

y te vi y eras tú, mujer mía, mi vida, estabas ahí,

conmigo,

como lo soñé y lo rogué,

al ver que tocaste tierra,

te salude y te mire a los ojos, te abrace

y solamente al verte, pensé y me callé,

cogí tu barco

y huí de ahí.

Carlos Guzman

27/01/2021

Etiquetas: poema relato

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