Previo al beso, la cercanía de los amantes. ¿Es beso ya el calor del aire que, desde sus bocas, se entremezcla? Así lo creo. Como es también beso la aceleración de los corazones en anticipación del contacto. Y es beso la respiración superficial y cortada en progresivo aumento.
Con el contacto de los labios se produce
una transformación
de ella
y de él
Quizá como con todo contacto
(podrás banalizar los besos, pero eso no impedirá la transformación)
Motor de este contacto
desde la soledad de dos desconocidos
hasta la fusión de los cuerpos
se encuentra el deseo
Y deseo es anhelo y anhelo es ilusión
La ilusión del encuentro
y el miedo de la pérdida
Pues en cuanto se imagina ya se tiene y teme perderse, ya se ha dado el encuentro, aunque se anhele sentirlo
en el abrazo
(abrazos que son más necesarios que el comer
contacto que se necesita más que el respirar
el mayor crimen el de alejarnos
el mayor crimen el de alejarme de ti – no ocurrirá)
Antecede al beso la mano que agarra la mano
lleno de sangre
el corazón calienta la piel
regando
de vida
los cuerpos
Y previo, una caricia casual, un roce fortuito, una sonrisa delatora.
Y seductora, en su sentido de aquella que conduce, la mirada que conecta a los ojos en un beso ocular (oscula, del latín besos). Pues sobre todo los amantes anhelan ser vistos por el otro. Sin reconocerse, solo el beso de las máquinas inercial y rutinario se produce. No es beso sino costumbre. El beso, para serlo, debe jugarse la vida, contener el mundo entero.
Y previo, una llamada, una amistad, quizá a través de un amigo común, quizá de un encuentro en facebook, un contacto por telegram, o un encuentro en sueños (tras un contacto por telegram), que desemboca de la vida común de cada uno por su lado sin saber de la existencia en puntos opuestos del mundo del otro a una revolución que tambalea y derriba las fronteras del espacio y del tiempo y del mundo generando destrucción y muerte que son condición necesaria para el nuevo nacimiento de esta clandestina conspiración de dos cuyo anhelo, contenido y previo a ambos, seduce y compone los elementos necesarios que desembocan en el temblor silencioso que comienza con un beso.
OPINIONES Y COMENTARIOS