EL BAILE DE LOS AMANTES

Silencio… nuestros labios se han topado, uno frente a el otro se han posado, nuestras narices se han rozado y tu mirada con la mía se ha conectado una vez más, una chispa brota de lo profundo de estas almas que mueren por desbordar la pasión guardada, como si de una presa a punto de estallar se tratara. Bésame y seré tuyo, para siempre, o quizá… solo esta noche inherente, bésame, y nos dejaremos caer por la montaña, las emociones bañaran nuestras auras, viviremos la experiencia, no dejaré de tocarte en ni un solo instante a menos que lo pidas, o yo ya no quiera… me fundiré en tu cuerpo al punto de ser una sola sombra en esta calle oscura que pide a gritos el encuentro de nuestras bocas. Así… acércate, hoy nuestros cuerpos se atraen, tu orbita y la mía se han encontrado y ya no puedo alejarte, has caído en mi mirada y yo en la tuya mujer amada, no podremos escapar de lo inevitable así que continuemos este baile; nuestras respiraciones se aceleran, el corazón se desespera, nuestras almas brincan en este envase llamado cuerpo, hasta que al fin nuestros labios se apretujan suavemente… se rosan dulcemente entre la humedad que expiden nuestras fronteras que hoy se cruzan perfectamente; nuestras manos empiezan a bailar y toman su camino por las espaldas de estos amantes que en este instante destruyen la realidad cortante y la transforman en un paraíso flotante, silencioso, donde las manos hacen pequeñas melodías de cuerdas al yo tocar tus caderas y tu mi cara, al fin el caudal de pasión que guardábamos es liberado creando un espacio agradable de calor en nuestros cuerpos. Embriaga mi alma, fuma mis ganas, movámonos por este paraíso inexistente ante los ojos impertinentes, tu sigue yo sigo… luces y destellos empiezan a aparecer mientras mis manos pasan a tu rostro y una de las tuyas a mi pecho, nos hacemos más livianos, con las nubes nos fusionamos y entre este rose constante el amor está completo, no hace falta nada, tu cuerpo y lo que guarda que es tu alma igual que el mío se han hecho un todo.