Esa mañana me desperté pensando ¿qué haré con lo que siento?, me levante de la cama, me miré al espejo, me maquille mientras pensaba en una posible solución, pero no llegaba a ninguna, vi mi celular y él me había escrito, en 10 minutos llegaría a nuestro lugar de encuentro, entonces cogí las llaves de la casa y salí a encontrarme con él, mientras caminaba a nuestro lugar favorito iba pensando en cómo se lo diría, en cómo iba a tener el valor de decirle que aunque lo amé con todo mi ser, no podría estar con él, nos vimos a través de las rejas de aquel jardín mientras iba entrando, cuando llegue a él, nos sentamos, cruzamos los dedos de nuestras manos, él me miraba y yo también. Mientras se me revolvía el estomago y tomaba fuerza para poder decirle que ésta sería nuestra última vez juntos.

En ese momento le dije: ¿si sabes que te amo verdad?

Él respondió: lo sé

Yo: por eso tengo que dejarte ir, aunque te ame con todo mí ser

Él pregunto: ¿es por él verdad?

Yo: si, es por él

Él: sabes que podemos formar una vida juntos, que daría todo por ti, que te amo y no me importa lo que tenga que pasar para estar juntos como siempre lo hemos soñado.

Yo: lo sé, pero aun así este será nuestro adiós y he sido muy feliz junto a ti de una manera u otra.

Él: entiendo, pero sabes que sin importar lo que pase siempre te amaré, yo nunca fui tu dueño pero sé que tengo una parte de ti así como tú de mí.

Yo: nos tuvimos siempre y te amaré pase lo que pase.

En ese momento hicimos una promesa: “mientras sigamos vivos, estaremos pendientes uno del otro, pase lo que pase, conversaremos y si en algún momento podemos estar juntos lo haremos, tengamos la edad que tengamos”.

Tenía que irme, mi esposo me esperaba a unas cuadras de ahí. Nos miramos fijamente a los ojos mientras se inundaban, y entonces paso ¡nuestro último beso! sentíamos como se nos escapaba la oportunidad de estar juntos, como si nos estuvieran arrebatando una parte de nuestra alma. Y así fue nuestro beso más preciado, habíamos dicho que era el último, pero algo dentro de nosotros todavía tenía la esperanza de que no fuera así. Yo iba retrocediendo, mientras nuestras manos se separaban ¡este sería nuestro adiós! pero aún así sentía que había una pequeña oportunidad de estar juntos en un futuro.

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