Desde tiempo atrás, se nos ha venido explicando el proceso de vida de los seres humanos, ¿recuerdas? Nacer, crecer, reproducirse y morir, pero lo que no nos habían dicho es que, dentro de este proceso existen más procesos que lo acompañan, unos más cortos que otros, pero que al final de cuentas son procesos.

Y no, no nacimos sabiendo como tener que reaccionar o afrontar los diferentes sucesos, que de alguna manera marcarán una etapa de este camino llamado vida. Para muchos será frustrante la forma en que se tendrá que vivir y aprender de algún acontecimiento importante, pero para otros quizá hasta sea toda una divertida y misteriosa aventura, desde luego que es válido, todos viven su vida de diversas maneras.

Existen infinidad de procesos, como los industriales, técnicos, físicos, biológicos, pero a los que me refiero en este texto, es a los procesos de vida, los emocionales que, así como todos los anteriores, su finalidad es ir hacia adelante y lograr una transformación.

Pareciese que para poder cumplir con el ciclo de la vida hay que pasar por algunas fases u obstáculos que nos llevarán a un siguiente nivel, en donde cada fase es un proceso de transformación, de cambio, un cambio que tendrá que ayudarnos a superar el siguiente grado. ¿Te has puesto a pensar en que tan dolorosos serán o han sido aquellos cambios que has vivido o que te faltan por vivir?

No se trata de temer, porque seguro que ya has tenido que atravesar por pruebas difíciles y otras no tanto, porque gracias a eso, hoy estás en donde tienes que estar, y si aún no estás donde desearías, es porque aún no llega el tiempo; los procesos requieren de tiempo… tiempo para transformarte, para sanar, para aprender, para superar y seguir avanzando.

Algunas veces habrá dolor y en otras ocasiones felicidad, porque en el intento de llegar a una meta y cumplir ese ciclo de vida, se presentará una ruleta de emociones, las cuales se la jugarán contigo y se presentarán en los diferentes contextos en que te toque detenerte. Si te cansas, para y toma un descanso, pero no te des por vencido, porque “está bien no estar bien”.

Ama y vive tu proceso a tu modo, entiéndelo tú y aprende de este… sigue hacia adelante.

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