Agarré la luna por el pescuezo. La abracé y me quedé dormido sintiendo su aliento. He dormido con ella, en un abrazo que cortaba su respiración, convirtiendo su redondez en un ocho. Pero con eso y con todo, no he podido verle la otra cara.
Agarré la luna por el pescuezo. La abracé y me quedé dormido sintiendo su aliento. He dormido con ella, en un abrazo que cortaba su respiración, convirtiendo su redondez en un ocho. Pero con eso y con todo, no he podido verle la otra cara.
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