Pensé que me era difícil soltar cosas, situaciones, personas… Pero poco a poco, teniéndome paciencia y amor, me he dado cuenta que soy mujer de cambios y avances constantes, me muevo con la vida y me dejo llevar.
Soltar es el reconocimiento de que algo ha terminado, algo concluyó, sea lo que sea: una relación de cualquier índole, un pasado fastidioso, un hogar que he amado, algo que me haya podido ayudar a definir quién soy. Es el momento de dejarlo ir, permitiendo la lluvia de sentimientos y sensaciones que vengan, para rendirme y aceptar eso más grande que me espera ya en esas nuevas dimensiones por apreciar.
Mucha gente cree que puede dañarte o ‘vengarse’ de tí, consciente o inconscientemente, ¿de qué?, quién sabe, solo ellos saben el porqué hacen lo que hacen, lo que no saben es que mientras ellos confabulan, tu estás avanzando a grandes pasos dejando todo eso estorboso en donde le corresponde junto con todos ellos y sus pesares, todo eso que, mientras ellos ríen, tú estás sonriendo por tu presente y futuro prometedor.
Sólo te diré: Que nada tumbe, que nada destroce, que nada derribe, que nada perturbe.
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