Una historia de «olor»

Una historia de «olor»

zeferino silva

23/08/2020

Ocho de marzo del noventa

Una experiencia que no puedo olvidar

Me subí a un camión de pueblo

Completamente lleno, incómodo para viajar.

.

Y como recuerdo ese viaje

Por aquel olor tan penetrante.

Era como de ocho días de cruda

Y el ambiente se tornó asfixiante.

.

Tal vez alguien se estaba muriendo

O al menos agonizante

Pero aquel terrible pedo

De verdad fue escalofriante.

.

El primero lo aceptamos

Y lo absorbimos valientes

Pero llego el segundo

Y todos nos recordamos parientes.

.

Aquello fue espantoso

Porque el chofer abrió la puerta

Y se bajó gustoso.

.

Ya había dos o tres desmayados

Y varios vomitados

Y creo tal vez algunos ya casi finados.

.

Todos corrimos a la puerta desesperados

Pero se cerró de repente

Y todos quedamos amontonados.

.

Muchos pegaban la nariz a las rendijas de las puertas

Pero todos paniqueados por no encontrar las ventanas abiertas

Todos nos mirábamos para sacar al culpable

No podíamos creer que de ese cuerpo saliera algo tan desagradable

Fue cuando descubrimos al causante.

.

Un hombre de mirada desafiante, que muy tranquilamente se aventó el tercero

Levantando la mirada desafiante.

.

Nos levantamos cuatro

Y lo arrojamos sobre el vidrio de adelante

Su cabeza atravesó el cristal

Quedando recostado en el volante.

.

Lo jalamos y una ráfaga de aire nos inundó el ambiente

Y aquello fue la gloria, respiramos nuevamente

Ya más tranquilos logramos abrir la puerta

Y todos gritaban hurra, gustosos de mirarla abierta.

.

Nos bajamos uno a uno

Y todos respiramos hondo

Y al hombre lo tiramos allá hasta lo más profundo.

.

De eso ya pasaron años

Y no se me puede olvidar

Y solo de oler un pedo

Siempre me quiero vomitar.

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