Fue una de esas noches,
que solemos llamar malditas,
tuvimos que partir a toda prisa
solo llevando dos maletas
y sin espacio a reproches,
había que huir a media noche.
A hurtadillas como bandidos
para olvidar todo lo ocurrido,
no había que tentar la suerte
era la hora: del camino o la muerte!
En el intento de comenzar
una vida nueva,
mi corazón daba un vuelco,
al ver una posesión mía
llegar a la escuela.
Mi muñeca preferida,
en otros brazos estaba,
era muy querida,
pero se mía birlada
estaba allí, con su tierna mirada
esperando fervientemente por mi,
ser rescatada
En sus manos jugaba
soñaba y con ella comía
la mentirosa niña
con la muñeca que era mía,
ella mía que era robada,
pero no le importó, que descarada!
En un acto de valentía
caminé hacia ella con gallardía
al rescate de una muñeca,
que era mía y se llamaba Rebecca.
Había sido el último regalo de mi niñez,
yo la cuidaba, como habría de cuidar mi doncellez.
Pero otra familia se mudo a la casa de mis ancestros
quedándose con todo lo que era nuestro
este verso no necesita mas retórica
pero diré que la niña se llamaba Veronica
Y me cuesta darle perdón,
porque ella, rompió mi corazón
al no dejarme decirle, adiós a mi Rebecca,
cuando Verónica, rompió mi muñeca.
PERFECTOS
Perfectos hemos nacido
en un mundo desconocido.
Sobreviviendo a un parto doloroso,
y recibidos por unos brazos amorosos.
Por ellas, fuimos amamantados,
y de ellas luego destetados.
Para emprender nuestro vuelo,
todos bajo el mismo cielo.
Así de perfectos nacimos,
pero después crecimos,
y en elecciones nos dividimos.
Es hora de volver a ser Perfectos,
y dejarnos de ser selectos.
Dejemos la lucha de color,
vivamos para expresar amor.
Sin complejo ni altivez,
que cenizas seremos todos alguna vez.
Al mundo vinimos desnudos,
sin un destino seguro.
Seamos negros, blancos, amarillos y pardos,
sin pertenecer a ningún bando.
Es como debemos crecer,
y parar ya de ser tan cruel.
Ya que nacimos para vivir,
también vivamos para servir.
Que no se pierda la humildad
en una tierra, repleta de humanidad.
Que el ser hétero, o ser gay,
no lo establece ninguna ley.
Que solo importe el amor,
para acabar el dolor.
Sin etiquetar raza, sexo o religión
luchemos ya por la unión,
Pero sí, respetando edades,
que aun creo que tocar a un menor,
es cosa grave.
Crecer con valores profundos,
que valga la pena, estar en este mundo.
Juntos, con respeto y amor,
haciendo la tierra mejor mejor.
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