Creo que ando perdido, sin rumbo fijo, un mundo desconocido, al que tanto olvido, sin dolor afligido. Pateando una lata de refresco cabizbajo,ver como mis sueños caen contra el abismo, ver como mis sentimientos se pierden en el firmamento del horror, a su vez con la interpretación del terror… Solo veo mi rostro reflejado en el escaparate de una tienda, pidiendo ayuda, pidiendo consejos, pidiendo amistad. Sobre mi marcha lo vi, era tan hermoso, el campanario, dado la casualidad de que fuese su centenario. Todos riendo, todos bailando, todos bebiendo, todos jugando. Maldita sea el sentimiento de culpa, no veo razón por seguir pensando en positivo, ni muestras de cariño, ni buenas miradas, pues bienvenido sea el pensamiento negativo. Aún recuerdo la inocencia, la infancia, mis gritos mandados al aire, te anhelo, emprendiste el vuelo. Te fuiste, vuelve mamá…
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