La orquesta del autodidacta griego inundó el salón y se adueñó del resto de las dependencias del edificio.
El contrapunto entre el violín y el saxo soprano es la parte más emotiva del tema Play Time para mí. Cuando por las mañanas escucho los primeros acordes, mi espíritu se levanta y los músculos adquieren movimientos independientes a mi voluntad, que a esa hora querría regresar a estar entre sábanas, y no bailando al son de un frenético y motivador sonar de tamboriles, cuerdas, vientos y demás. Pero es más fuerte que mi adormilado afán y me doy al baile matutino.
Yoel me enciende cien fuegos cubanos, mientras Ming con la rapidez de la mano adiestrada por años en el marfil, recorre hábilmente cada rincón.
Llega Pedro resoplando el polvo acumulado durante la jornada, y Mary se pone en contrapunto con él; ambos entablan una competencia por quien lo hace mejor y más eficiente. Al fin quedan en tablas, nunca mejor dicho.
Charlie ha estado por detrás golpeando cuanto encuentra para distraerme y al final lo consigue, me uno al grupo y dejo que mis pies subidos a los patines de fieltro, ensayen un paso atrevido al unísono de los susurros de Lisa, que no deja que mis fuerzas decaigan.
Pedro ríe mirando las manos veloces de Ming y este le hace una reverencia, no tarda en soplar de nuevo, pero es Samvel el que le para los pies y sus ambiciones de protagonismo.
Yanni no deja de animarnos a todos con su eterna sonrisa y sus dedos marcando el compás.
Resuenan los golpes finales de Charlie sobre el escritorio del encargado del sector financiero.
Seis con treinta y cuatro, la primera oficina está impecablemente limpia, una nueva jornada de ajetreo puede comenzar dentro de una hora y veintiséis minutos.
El baile ha finalizado en esta, una nueva orquesta me espera ansiosa de hacer sonar su música en el siguiente despacho. Imagino que será otra vez Yanni con su Until The Last Moment, pues es la que usa el gerente general y allí todo debe ser tranquilo, apacible y sereno.
Y pienso mientras recojo mis trastos en lo que dijo Barry: Let the music play…
pero esta la guardo para cuando regrese a mi casa y te recuerde.
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