Todos los hombres buscamos
un modelo o paradigma,
y en la muerte encontramos
un buen ejemplo de vida.
¡Sé que no suena coherente!
¡Es una contradicción!
Pero le pido a la gente
me de un poco de atención.
La muerte es muy generosa,
pues por miles o millones
encamina hacia la fosa
a mujeres y varones.
No es para nada egoísta,
y sea en la guerra o la cama,
a todos los de su lista
en cualquier momento llama.
La muerte también es justa.
¡Es en extremo pareja!
Eso a mí mucho me gusta:
ni discrimina, ni aleja.
Al pobre y al rico abraza,
lo mismo al joven que al viejo,
de cualquier color o raza,
desde el listo hasta el pendejo.
También es muy eficiente.
Es pulcra y muy ordenada.
Extermina a la gente
sin dejar rastros de nada
Si de honestidad se trata
ella no acepta sobornos.
Al corrupto y al que tranza
los arroja hasta los hornos.
No cede ante poderosos,
ni ante ricos influyentes.
No acepta obsequios lujosos,
ni regalos sorprendentes.
La muerte no dice embustes,
ni falacias, ni mentiras.
Y aunque con ella te asustes
sabes ya a lo que le tiras.
Aunque violenta y terrible,
decirlo no está de más,
que así parezca increíble
con ella encontrarás paz.
Puntual a la cita llega,
no importa donde te encuentres.
Y en la hora más aciaga
contigo se hace presente.
No llega antes ni después.
Es exacta en su llegada.
Cuando lo decide el juez
te manda pa’ la chingada.
Si de creativos se trata
la parca no tiene igual,
pues cada forma en que mata
es toda una novedad.
De entre todas las virtudes
mayor es su compasión,
pues al sentir como sufres
mejor te manda al panteón
Tanto al paciente con SIDA
como al que padece cáncer,
mejor le corta la vida
para que por fin descanse.
La vida es pensamiento,
un paso hacia el más allá.
¡Vivamos siguiendo ejemplo
de virtud y dignidad!
Yo pienso que si a la muerte
tomáramos por modelo,
mejoraría nuestra suerte
para vivir nuestros sueños.
Jorge Humberto Varela Ruiz.

La Catrina de José Guadalupe Posada (milenio.com).
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