Se detuvo violentamente, con un ruido sordo, muy mecánico. Entonces, todo quedó oscuro. Total negritud. Tenía uno de los dos auriculares en mi oído izquierdo, con Aerosmith sonando. Escuché un grito ahogado, mitad sorpresa, mitad miedo, seguido de una risita. Era Anita, sin duda: una risa nerviosa para relajar el ambiente, pero que escondía angustia....
Seguir leyendo
173
2