Perfil público

Viajante empedernido en lo mental. Más limitado en lo físico. No por falta de ganas, más bien de medios, de tiempo y de obligaciones; aunque no me privo de cruzar el charco que nos separa y une con España, a lo menos, una vez a al año. Más hoy en día, en que las llamadas líneas aéreas de bajo coste se están atreviendo con el mercado de la larga distancia.

Trabajo, como muchos, para vivir. Después de tan necesario vicio, disfruto en esparcir letras sobre la pantalla. Pueden ser sobre cualquier tema. Pero en especial, me emociono contando mis viajes, o las cosas que me pasan en el día a día. Ahora más maduro y con más vida a las espaldas, no me acarrea problemas y hasta me disfruto contando de mí. Me gusta animar a mis amigos cuando necesitan vitamina de apoyo moral en forma de texto.

Nunca publiqué nada. Sí recuerdo los dos primeros que escribí. Dos cuentos cortos, en sexto y séptimo básico, titulados "La Verdad" y "Descubrimiento en Masca". Hasta ahora, todo lo que parí, solo lo leen mis amigos y mi pareja. Tan solo una vez envié un texto a un concurso. Era para una iniciativa cultural apellidada "Santiago en 100 palabras", de relatos cortos. Me hizo ilusión mi pequeño texto de 99 palabras. No gané premio alguno, más allá de mi propio y más importante premio, ese que me permitió superar la interior barrera del miedo a que alguien de mi público no habitual leyera algo de mi autoría.

Oriundo de Tenerife y adoptado desde hace 20 años por la larga y angosta faja de terreno que Neruda bautizó al país llamado Chile, ingreso a este club con la esperanza de seguir superando mis propias metas.