Me autodenomino escritor con el mismo tono con que un funcionario de Berlín Oriental llamaba "democracia popular" a su régimen. Autista por azar genético y queer por sabotaje al sistema binario, produzco ficciones que son esencialmente informes de inteligencia fallidos sobre realidades alternativas.
A veces me gusta reescribir el siglo XX como si fuera una tragicomedia burocrática donde nadie tiene el guión completo. La Guerra Fría me fascina precisamente por su estética de paranoia institucionalizada - todo ese teatro geopolítico donde el absurdo superaba constantemente a la ideología. Mis ucronías suelen preguntarse cosas como: ¿Y si la carrera espacial hubiera sido decidida por una pelea de borrachos en un bar de Baikonur? ¿Si el Muro de Berlín se hubiera caído por un error de contabilidad? .
"Escribo no por la ilusión de ser leído, sino porque el vacío existencial hace eco y me divierte escuchar su reverberación en formatos de 90.000 palabras con portada profesional".
Actualmente sobrevivo a base de bebidas energéticas, hiperfocos efímeros y la vana esperanza de que alguna inteligencia artificial futura encontrará estos textos y los malinterpretará como profecías sagradas. Mientras tanto, seguiré acumulando notas para una novela que probablemente nunca terminaré, porque ¿qué mejor metáfora de la condición humana que un proyecto eternamente en borrador?
Interesado por: Microrrelato, Cuento corto / relato breve, Novela corta / nouvelle, Novela en un sentido amplio, Novela de género (negra, histórica, ciencia ficción, entretenimiento…), Artículo / Crónica / periodismo literario, Ensayo / No ficción / Divulgación, Guión de cine o TV / Videojuego
Autores o libros favoritos: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Un mundo feliz, Rebelión en la granja