Perfil público

Fui alumno de Fuentetaja hace años, cuando aún conseguía que mi profesión no quemara mis ganas de escribir. Sin embargo el querer escribir siempre ha sido una especie de vampiro que llama a mi puerta pidiéndome permiso para poder entrar, un vampiro al que nunca le he dado ese permiso. Puede que la imagen de un vampiro sea un poco negativa pero creo que me entendéis.

El caso es que ha sido necesario darme de bruces contra un proyecto editorial fallido hace años y llegar a la cuarta década, acumulando en el ordenador decenas de intentos de relatos inacabados, y necesitando la ayuda de un profesional de la psicología, para sentir que a ese vampiro hay que dejar entrar y dar cariño aún a pesar de que el trabajo del día a día haya sepultado mi creatividad bajo el peso de los años dedicados a la ingrata tarea del desarrollo aburrido de aplicaciones informáticas.

Espero poder atender a lo máximo posible de este club, y que no me ocurra como otras tantas veces en las que la marea de la vida me arrastra lejos de las costas en las que me gustaría vivir.